26 mayo 2006

Nueva y Novedosa Universidad en la Ciudad del Saber en Panamá

Si todo sale bien y el gobierno panameño acepta y contribuye con una pequeña -y ridícula- suma de dinero, Panamá tendrá la primera opción para la instalación de una nueva universidad, única en su clase a nivel mundial. Se trata de la Universidad Mundial del Ambiente y el Desarrollo Sostenible o World University for Environment and Sustainable Development (WUESD).

Existe una interesantísima propuesta escrita del destacado empresario canadiense/norteamericano Maurice Strong, principal asesor del Secretario General de la ONU, Kofi Annan y, anteriormente, del Presidente del Banco Mundial (1995). El lector podrá pensar qué tan importante es la propuesta de este personaje poco conocido o poco publicitado. Sin embargo, es una de las personas más influyentes, en el planeta. Visite el siguiente enlace por si desea saber un poco más sobre quién es este enigmático señor y conocerlo mejor... (http://en.wikipedia.org/wiki/Maurice_Strong)

Para mayor información, comunicarse con el Dr. Rodrigo Tarté (rtarte@cdspanama.org), Director Académico de la Ciudad del Saber.

23 mayo 2006

Ocaso del Modelo Económico Neoliberal

El nacimiento:
El moderno Neoliberalismo o Fundamentalismo de Mercado tomó un fuerte impulso a partir de la ponencia de John Williamson, What Washington Means by Policy Reform, preparada como documento base de la conferencia internacional Latin American Adjustment: How Much Has Happened?, organizada por el Institute for Internacional Economics, en noviembre de 1989, para discutir las políticas y el desarrollo económico de América Latina. Incluida en su ponencia, Williamson presentó una lista de diez políticas económicas que él consideraba que todos en Washington (FMI, BM, el Congreso de los Estados Unidos, la Reserva Federal, los altos funcionarios de la Administración y los institutos de expertos económicos o think tanks) aceptarían como necesarias de implementar en esos países. Denominó a la lista Washington Consensus (Consenso de Washington). La lista incluía las siguientes políticas: 1) Disciplina fiscal, 2) Reordenamiento de las prioridades del gasto público, 3) Reforma Impositiva, 4) Liberalización de las tasas de interés, 5) Tasa de cambio competitiva, 6) Liberalización del comercio internacional, 7) Liberalización de la entrada de inversiones extranjeras directas, 8) Privatización, 9) Desregulación y 10) Derechos de propiedad. Pocos años después, la lista original fue revisada, ajustada y ampliada por las entidades financieras y los centros de estudios económicos con sede en Washington y, posteriormente, adoptada por las entidades financieras y los países desarrollados (o, debería decirse, impuesta), como el modelo económico a seguir por todos los países en vías de desarrollo, a nivel global.

La implementación a escala mundial:

La Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) son los principales impulsores y ejecutores de este modelo económico mundial. A grandes rasgos, el modelo requiere, para poder funcionar con eficiencia, de una serie de cambios y reformas económicas y fiscales de larga, dolorosa y difícil implementación en los países meta. Entre las más importantes están: la compresión del Estado al rol normativo y regulatorio (implica la privatización de las empresas públicas, consideradas ineficientes, para reducir la planilla y el gasto estatales y fomentar la inversión privada), la total apertura comercial de esos países (que implica la desregulación o eliminación de las barreras arancelarias que protegían los productos nacionales de los productos extranjeros subsidiados y de la mala práctica del ‘dumping’), la eliminación de los obstáculos técnicos al comercio de los alimentos frescos a través de las barreras fito y zoosanitarias (que implica la adhesión e implementación de las normas y regulaciones de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria y la Organización Internacional de Epizootias) y la total apertura del mercado laboral (que implica la posibilidad de contratar mano de obra de cualquier origen, compitiendo con la nacional), entre otras. Todas estas reformas tenían como objetivo el desarrollo económico mediante el incremento significativo de la capacidad competitiva de estos países a través de la inversión en educación, en fortalecimiento y apoyo a los procesos de investigación/innovación, en la modernización del Sector Agropecuario e Industrial y otros sectores de la economía y en la modernización de la infraestructura de comunicaciones, red vial, transporte y servicios básicos, para citar solo algunos. Se daría un tiempo definido para que todos los ajustes se efectuaran y surtieran el efecto esperado para preparar el terreno para el desarrollo económico de los países meta, el escenario para la globalización de la economía y los Tratados de Libre Comercio.

Los resultados:

La compresión del Estado al rol normativo y regulador nunca ocurrió. La razón principal es que, en estos países, el clientelismo político es un modus vivendi y la clase política (la partidocracia) no tiene la suficiente madurez para acabar con su principal modo de sustento. Más bien se reportan incrementos de la planilla estatal en la gran mayoría de los países meta. En segundo lugar, la privatización trajo consigo la transnacionalización de las empresas estatales (las empresas transnacionales eran las únicas con capacidad para las mega inversiones requeridas) y el incremento significativo de los costos de los productos y servicios que antes brindaba el Estado, a costos más bajos, como un subsidio social.



La apertura comercial total no dio los resultados esperados de incrementar el intercambio de productos agropecuarios frescos y reducir los costos de la canasta básica a los consumidores de esos países, forzando a los productores nacionales a elevar sus niveles de productividad y competitividad, adoptando tecnologías apropiadas a través de los entes encargados de su generación y transferencia. Aunque los productores de los países meta lograron incrementos significativos en los índices de productividad, calidad y competitividad, logrando mantenerse exitosamente en los mercados locales y penetrar en ciertos nichos internacionales, a la larga no pudieron competir con los productos de los países desarrollados -tanto los destinados a sus mercados locales como los destinados a la exportación- ya que los mismos están altamente subsidiados. Esta distorsión provocada por los países desarrollados -que no se creen parte del “experimento” del modelo económico neoliberal- es una de las principales causas del fracaso del mismo. Por otro lado, los importadores y distribuidores de alimentos de los países en vías de desarrollo no transfirieron al consumidor local -aunque fuera parcialmente- los ahorros logrados al importar productos subsidiados a precios más bajos.



Por otro lado, las políticas y disposiciones para la eliminación de los obstáculos técnicos al comercio de los alimentos frescos (barreras fito y zoosanitarias) no ha logrado otra cosa que fortalecerlos y hacer más difíciles los intercambios comerciales. El Análisis de Riesgo de Plagas (ARP), además de un procedimiento técnico, se ha convertido en un arte para manipular y justificar -elegante y científicamente- una barrera técnica. Las autoridades sanitarias de los países desarrollados presionan a las de los países en vías de desarrollo, a que flexibilicen las medidas fito y zoosanitarias y certifiquen el estatus fito y zoosanitario de sus plantas exportadoras (para facilitar el ingreso y penetración de sus productos), so pena de imponer restricciones a las agroexportaciones de estos países pobres (reduciéndoles las cuotas de exportación o amenazando con interrumpir las negociaciones de los TLC’s bilaterales).


Por último, la liberación del mercado laboral puso a competir entre si a los países en vías de desarrollo, por las plazas de trabajo, creando gran incertidumbre e inestabilidad social. Los países desarrollados esperaban que esta política redujera la inmigración (legal o ilegal) a sus países, de manera importante. Sin embargo, ha ocurrido lo contrario y se han visto en la necesidad de incrementar las medidas de control, con costos muy elevados (por ejemplo, las barreras que instalan los Estados Unidos en su frontera sur y el acantonamiento de tropas, en esta frontera, para el control de la inmigración ilegal desde México).

Las lecciones:

En fin, habría que preguntarse si el neoliberalismo tiene los días contados y si su reino se extinguirá prematuramente. Las distorsiones introducidas a este modelo por los países desarrollados que lo impulsan han sido la causa principal de que los resultados esperados no se hayan obtenido. Quizás las hipótesis económicas que se plantearon los estrategas del Washington Consensus no contemplaron la idiosincrasia de estos países (por desconocerla), lo que no les permitió el enfoque más adecuado. Tal vez los supuestos importantes no ocurrieron según lo planificado, al estar mal diseñados. Queda demostrado, claramente, que la intención de los países desarrollados y las instituciones financieras internacionales no era tan altruista como parecía ser. Deformaron un proyecto cuyas intenciones iniciales eran buenas y honestas y cuyos resultados pudieron alcanzar los objetivos originales planteados que eran propiciar el desarrollo socioeconómico de los países meta.


Ya se echó a rodar la rueda... Los países pobres claman por una verdadera justicia y equidad. La vuelta a la nacionalización de las antiguas empresas estatales está a la vuelta de la esquina, creándose un clima de inseguridad jurídica que frenará las inversiones de capital. En parte, por la mala política administrativa de esas empresas, centrada en objetivos y metas netamente economicistas y exentos de contenidos y beneficios socioeconómicos para los trabajadores. Ha comenzado en Bolivia y el ejemplo de este hermano país puede ser seguido, prontamente, por muchos otros países en vías de desarrollo, a escala mundial… El modelo neoliberal está a punto de colapsar por su falta de sostenibilidad…

El futuro:



Todavía hay tiempo para detener la rueda que está a punto de aplastar este modelo económico desgastado. La única solución es que los países desarrollados, las instituciones financieras internacionales y los organismos internacionales vinculados a la regulación mundial del comercio hagan un alto y corrijan los errores y distorsiones que han afectado el desempeño del modelo neoliberal. Amanecerá y veremos…Lo contrario, implicaría que el mundo está al borde de un cambio hacia un modelo económico más solidario y menos impositivo…

22 mayo 2006

El Evangelio de Judas

El ahora famoso Evangelio de Judas (apócrifo), ha sido difundido, mundialmente, por el National Geografic Magazine y el Instituto Waitt (de Ted Waitt, el dueño y Chief Executive Officer de las computadoras GATE), entre otros. No hay que ser erudito o experto en temas religiosos, basta con ser católico (o cristiano) convencido y creyente (con fe) en la figura de Jesús, su origen divino y su palabra (tal y como la atestiguan los cuatro Evangelios Canónicos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, los Hechos de los Apóstoles y todo el Nuevo Testamento), para darse cuenta de la estrategia que hay detrás de todo este montaje.



En los últimos meses, el mundo ha estado experimentando un ataque frontal a la figura de Jesús. Primero fue la aparición de la novela El Código de Da Vinci, en la que se plantea (con base en suposiciones y datos no confirmados y faltos de seriedad) que Jesús era un hombre ordinario, que no tenía nada de divino, que tuvo -al menos- una hija con María Magdalena y que esta dejó descendientes en Francia que, en los tiempos actuales, están siendo protegidos del Opus Dei (prelado católico que los busca para asesinarlos) por la organización secreta Priorato de Sión, fundada por los Templarios en la época de las Cruzadas, en la Edad Media. En segundo lugar, justo para los días previos a la Semana Mayor o Semana Santa de este año, apareció el Evangelio de Judas, traducido al Copto egipcio hacia el año 300 DC, de un original que nunca ha aparecido y que se supone estaba escrito en griego. Nadie pone en duda la autenticidad de esta traducción cuyo original fue escrito por gnósticos de la secta de los "Cainitas", que creían en la figura de Caín (si, el mismo que señala la Sagrada Biblia como asesino de su propio hermano, Abel). Ni siquiera fue escrito por el propio y traidor Judas Iscariote...


Parece que estos dos documentos -y todos los reportajes periodísticos y televisivos que han originado y desencadenado- han producido muchos billones de dólares para los bolsillos de quienes están detrás de todo este teatro. Y es que en nuestros días de puro materialismo, el poder y la riqueza se han constituído en nuevos dioses (recuerden, poderoso caballero es don dinero). Y, ¿qué mejor tema y negocio que atacar la figura de Jesús? Por lo menos Mel Gibson, con su impactante y verídico largometraje La Pasión de Cristo (que, por cierto, nadie quiso financiar por considerarlo, erróneamente, un tema de poco interés para la audiencia mundial y, mucho menos, comercial) exaltó la figura, las palabras, los hechos milagrosos e históricos y la dimensión divina del Maestro Jesús, a quien tanto necesita la humanidad, en estos precisos momentos en que vivimos en un mundo sin paz, atribulado por la intolerancia (en todas sus manifestaciones), las guerras y guerrillas fratricidas, el terrorismo (en todas sus manifestaciones: económico, religioso, ideológico, etc.), el hambre y la ignorancia (patrocinados por los más ricos y poderosos). En fin, un mundo que está al borde de una tercera conflagración mundial (posiblemente atómica) originada, en el Medio Oriente, por una mezcla de intereses económicos, poder, fanatismo e intolerancia religiosa. ¿Habrá algún otro poder maléfico detrás de estos escenarios actuales?


Lo que menos necesita este mundo enfermo, en estos precisos instantes, en esta encrucijada, es adorar la figura de un traidor y tomar en serio esta información tendenciosa de los consorcios económicos y la prensa amarillista que lo que buscan es hacer dinero. Este objetivo lo lograrán, no hay duda, pero es responsabilidad de cada quién analizar cuidadosamente esta avalancha de información manipulada. ¡Atención, cristianos y gente sensata!

Nueva Propuesta Sobre la ruta utilizada por Balboa en el descubrimiento del Mar del Sur


Hay un nuevo y pequeño libro póstumo en el mercado -del conocido y distinguido profesor y político darienita Teodoro E. Méndez Morales, que muy pocos panameños e historiadores conocen. Se titula "La Ruta de Balboa" y describe, con minucioso detalle, la verdadera ruta que siguió Vasco Núñez de Balboa en su famoso descubrimiento del Mar del Sur (Océano Pacífico). El intrépido descubridor español fué guiado, obviamente, por los indígenas que habitaban el istmo de Panamá que, desde tiempos inmemoriales, conocían la existencia de este grandioso mar.

El autor recorrió, palmo a palmo y en innumerables oportunidades, cada rincón de la geografía darienita, donde se crió, en sus múltiples funciones de maestro provincial, profesor de matemáticas, topógrafo y político (fue dos veces Gobernador de la provincia y candidato a Diputado). Quienes conocieron al maestro Lolo, como lo apodaban con cariño y respeto sus coterráneos, saben que él era una de las personas en Panamá con mayor autoridad para opinar sobre el Darién, su gente, sus tradiciones, su historia, su geografía, su topografía y su orografía. Esta joya de la literatura histórica panameña se derivó de su obra previa 'Darién, imágenes y proyecciones', que fue distinguida por el Gobierno Panameño, entre las obras de producción nacional, para una Edición Especial en conmemoración del Centenario de la República de Panamá y es considerada la obra de referencia obligada y más importante sobre el Darién.

"La Ruta de Balboa" es el producto de una profunda investigación que incluye citaciones de los Archivos Reales de España. Se recomienda su lectura pues hace un aporte histórico muy importante que merece, por lo menos, ser investigado por los historiadores y eruditos. El libro tiene 56 páginas y se presenta en un formato de 13.75 cm ancho X 21.30 cm alto. Puede obtenerse a un precio de B/. 20.00 (= U. S. $ 20.00), incluyendo los costos de envío a cualquier país (B/. 15.00 en el territorio de la República de Panamá). Para mayor información sobre pedidos enviar un correo electrónico a través de este Blog, Palabra Justa o, directamente, a Eric M. Candanedo Lay (emcandanedo@gmail.com). Los pagos pueden efectuarse a través de los iconos o botones de EPAY, EGOLD o BULLION en este mismo Blog.

Sobre 'El Código Da Vinci'

Esta novela de Dan Brown es muy interesante y está bien escrita pero el tema central, que señala que Jesús de Nazareth y María Magdalena fueron pareja y tuvieron una hija (Sara), es muy sensacionalista, se basa en muchas suposiciones y errores y carece totalmente de evidencia histórica. Es un ataque frontal al catolicismo (y al cristianismo, en general) y denigra el origen divino de Cristo, su mensaje y su obra. La Iglesia Católica no acepta esta posición como tampoco aquella de que, la siempre Virgen María, la madre del Hijo de Dios, concibió otros hijos (después de Jesús) en su vientre sagrado, que fue receptáculo de nuestro Redentor, por obra y gracia del Espíritu Santo... Está ampliamente documentado que, entre los judíos de la época, existía la costumbre de tratar a los primos como hermanos y Jesús tenía varios, hijos de la hermana de su madre y de Cleofás. Con frecuencia, incluso, Él prodigaba este trato fraternal a sus discípulos. Muchos han sido los autores que han hecho señalamientos similares al respecto, incluido el reconocido escritor colombiano de finales del Siglo 18, José María Vargas Vila, que en su novela María Magdalena (1917) califica a esta santa mujer (de la que Jesús expulsó siete demonios) de prostituta y amante de Judas Iscariote y del Hijo de Dios. Sin embargo, el Divino Maestro lleva más de 2000 años de estar siendo sometido a estos vejámenes pero Su obra salvífica prevalecerá y continuará creciendo y consolidándose por siempre...



La National Geographic Magazine también ha publicitado este tema en su conocido programa de la televisión por cable, incluyendo entrevistas al autor Dan Brown. ¿Por casualidad, habrá detrás de todo esto algún interés comercial? Se acaba de estrenar, mundialmente, la película de Hollywood sobre esta novela y, en su primera semana, rompió todos los récords históricos de recaudación. Luego vendrá 'El Evangelio de Judas' (apócrifo), que ya han comenzado a publicitar mundialmente, y quién sabe que otras fábulas producto de estrategias comerciales. Es la danza del dinero, el poderoso caballero de nuestra época.



Los cristianos tenemos que mantenernos firmes en nuestras creencias, que son las verdaderas, y hacer un frente común en defensa de la verdad, sin llegar a los extremismos de otros... En el mundo de hoy, todas las personas tienen el derecho de expresar sus opiniones, creencias o teorías...

21 mayo 2006

El Amor....

Son muchas las definiciones que se han dado a este término. Es mucho lo que se ha hablado y escrito de él y son muchas las confusiones que, de su interpretación, han surgido. Incluso, actos increíbles han sido realizados, a lo largo del devenir de la historia humana, en su nombre… Podría decirse, sin temor a equivocación, que es uno de los términos humanos más controversiales y peor entendidos…a pesar de la cotidianidad de su presencia y manifestación.


Muchos confunden las palabras amor y querer, asignándoles un significado equivalente. El querer se relaciona más con lo físico, con lo material, con los deseos, con lo sensorial. Está condicionado al interés particular del que quiere, del que desea poseer algo o a alguien. Cuando lo alcanza, tiembla de placer y, quizás, al poco tiempo, deje de querer. Si no lo alcanza, sobreviene la decepción, la frustración, el estrés, el desasosiego, que son la causa de muchos problemas y traumas sociales…


El amor, por el contrario, es un sentimiento puro, espiritual, que trasciende lo humano, lo físico, lo material, lo sensorial. Es una manifestación espiritual que eleva al ser humano por encima de sus pequeñeces, de sus debilidades, de sus mediocridades, de sus limitaciones y lo acerca al Dios Único y Universal, Creador de todas las cosas… Por el verdadero amor es que el hombre y la mujer han vencido obstáculos que parecían insalvables o se han sacrificado en pos de un ideal… El amor, más que vincularse al placer, está íntimamente ligado al sacrificio, al dolor, al altruismo, a la tolerancia, a la comprensión...


Muchos dicen amar a Dios pero, en Su Santo Nombre, cometen toda clase de crímenes y atropellos al querer imponer sus creencias religiosas, políticas o filosóficas. Otros dicen amar la Patria pero lo que quieren, en realidad, es el poder y, cuando acceden al mismo a través de un partido político, se olvidan de la Nación y de sus conciudadanos y se dedican a la politiquería barata y a la corrupción. Muchos dicen amar un trabajo pero, cuando lo obtienen, demuestran que lo único que querían era el salario. Millones de hombres y mujeres dicen amar a sus parejas pero lo que quieren es su cuerpo, su dinero, sus posesiones, su poder… ¿Es todo esto amor puro y verdadero? Nos encantaría tener la opinión de los lectores de este Blog Palabra Justa



El mundo está en una terrible encrucijada…Hay una enorme brecha entre aquellos que lo tienen todo y aquellos que no tienen nada… Hay países en que el analfabetismo y la ignorancia son endémicos y otros en que la gente se muere, literalmente, de hambre…Los amos del petróleo a nivel mundial se la pasan cabildeando entre ellos sobre las estrategias a seguir para continuar elevando los precios del crudo. No les importa que hay millones de personas en los países más pobres del planeta que viven paupérrimamente y sufren, en carne propia, los designios de esta absurda explotación del hombre por el hombre… ¿Es esto amor por la humanidad? ¿Cómo pueden algunos dormir tranquilos sabiendo que sus acciones, su falta de compromiso o su desidia son la causa de que, según las estadísticas, CADA CINCO SEGUNDOS MUERA UN NIÑO DE HAMBRE en algún país pobre del mundo? ¿Existe alguna explicación para esta atrocidad?

20 mayo 2006

Reflexiones sobre el Sistema Fitosanitario Panameño

El sistema sanitario panameño está atravesando su más serio cuestionamiento en la historia reciente. Por un lado, la mayoría de los importadores de alimentos (no todos) se queja de la forma en que el MIDA adjudica las Licencias de Importación que, aseguran, es discrecional y antojadiza. También afirman que, una vez que los productos frescos importados llegan a nuestros puertos, el diagnóstico fitosanitario (para detección de plagas y enfermedades) es muy lento y las decisiones que se toman con base en sus resultados (retener, devolver, aplicar tratamiento fitosanitario o destruir la mercancía) son, con frecuencia, discrecionales. Esto último, también, lo aseveran algunos importadores de semilla.


Otro tema muy sensible en nuestro sistema fitosanitario es el de los Requisitos Fitosanitarios. Estos documentos muestran la situación de las plagas y enfermedades que son de importancia cuarentenaria para el país, desde el punto de vista fitosanitario, ya sea porque están ausentes de nuestro territorio (y no queremos que ingresen por el daño económico potencial que podrían causar en los cultivos y/o porque su presencia pondría en peligro las exportaciones de algunos cultivos por el cambio en el estatus fitosanitario que provocarían) o porque su presencia es de baja prevalencia y/o distribución (y queremos erradicarlas o mantenerlas de este modo mediante regulaciones para, por ejemplo, declarar áreas libres aptas para cultivos de exportación). También establecen ciertas condiciones que debe cumplir el exportador de la mercancía para su ingreso a Panamá (tipo de embalaje, tratamientos fitosanitarios, etc.). Estos requisitos tienen que ser enviados por el importador (de alimentos frescos, plantas o semillas) o su corredor de aduanas al suplidor en el país exportador (antes de embarcar la mercancía para su envío al país de destino) para que este último certifique, por medio de un Certificado Fitosanitario expedido por su autoridad fitosanitaria respectiva, que la mercancía, en efecto, satisface todas las cláusulas de nuestro Requisito Fitosanitario y está libre de las plagas y enfermedades que señala como cuarentenarias para Panamá. De no cumplirse con este Requisito, el MIDA puede decidir, amparado por las leyes nacionales e internacionales (Ley 47 de Sanidad Vegetal y normativa de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria, CIPF, de la FAO, de la que Panamá es signataria), manejar el riesgo aplicando un tratamiento para controlar la plaga y autorizar el ingreso de la mercancía, devolver la mercancía a su país de procedencia o destruirla si se amerita, con el fin de proteger el patrimonio fitosanitario panameño. Algunos importadores de alimentos frescos y de semillas, así como las empresas de ciertos países exportadores acusan al MIDA de falta de transparencia, de improvisación y de utilizar estos importantes documentos como obstáculos técnicos al comercio.


En el otro extremo de las cadenas agroalimentarias de los cultivos están los agroexportadores (muchos de los cuales producen lo que exportan), los productores que abastecen el mercado nacional y los consumidores. Los primeros dependen de la eficacia del sistema fitosanitario del MIDA en dos vías: 1) que se impida la entrada de plagas y enfermedades cuarentenarias (exóticas o no), que puedan ingresar al territorio nacional usando como vehículos los productos alimenticios frescos, plantas o semillas importados, constituyéndose en riesgos para la producción y la exportación (al ser incluidas en los Requisitos Fitosanitarios de los países que importan nuestros productos) y 2) que el sistema de inspección fitosanitaria (en campos de producción y en plantas de empaque) y la emisión de los Certificados Fitosanitarios, sean confiables y expeditos, para evitar intercepciones de plagas o enfermedades en los productos frescos panameños de exportación, en los puntos de ingreso a los países de destino. Del mismo modo, los productores que abastecen exclusivamente el mercado nacional también dependen del sistema fitosanitario del MIDA pues, para el éxito de sus cultivos, requieren de semillas viables y sanas y de que se impida el ingreso de nuevas plagas y enfermedades que tendrían que combatir, con el consecuente incremento de sus costos de producción y la pérdida de competitividad frente a los productos importados, muchos de los cuales son altamente subsidiados en sus países de origen. Finalmente, pero no menos importantes, los consumidores nacionales, último eslabón de las cadenas agroalimentarias que, diariamente, ven reducida su capacidad de adquisición de alimentos por el alto costo de los mismos. Ellos exigen que los productos que consumen (nacionales e importados) cumplan, al menos, con los estándares que aseguren su calidad e inocuidad. Son ellos los que mantienen vivo y pujante el negocio de la producción, la importación y la comercialización de los alimentos e insumos agropecuarios.


Algunos medios de divulgación nacionales, usuarios o clientes del sistema fitosanitario panameño (importadores de alimentos frescos, plantas y semillas, principalmente) y grandes consorcios o empresas extranjeras que lucran exportando sus productos al mercado nacional solo destacan o ponen en alto relieve las fallas o problemas que encuentran en el sistema fitosanitario del MIDA. Ciertamente que existen, por muchas y variadas razones que sería muy largo enumerar en este espacio. Entre estas: 1) la necesidad urgente de unificar la gestión normativa de la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal y la ejecutora de la Dirección Ejecutiva de Cuarentena Agropecuaria, bajo una sola línea de mando, para lograr consistencia en la toma y ejecución de las decisiones; 2) modernizar y completar la reglamentación de la Ley 47 de Sanidad Vegetal para asegurar su total armonización con la normativa de la CIPF; y 3) elaborar e implementar los manuales de procedimiento que se requieren para asegurar consistencia, efectividad y transparencia en todas las gestiones. Por otro lado, las fallas son fácilmente corregibles, a lo interno de este Ministerio, con decisiones inteligentes y mucho sentido de patria. Sin embargo, es menester aclarar que no todas las fallas son atribuibles al sistema oficial. También hay usuarios (importadores, corredores de aduana) responsables de algunos de los problemas y distorsiones que se presentan cuyas causas son conocidas, podrían señalarse y deben ser corregidas. Afortunadamente, no todo es negativo. La gran mayoría de los servicios y trámites fitosanitarios que ejecuta el MIDA son eficientes y culminan en beneficio para los usuarios y la fitosanidad del país. Incluso, algunas decisiones de tipo fitosanitario que ha tomado el MIDA en salvaguarda del patrimonio fitosanitario nacional, de los mismos importadores y de los consumidores han sido del todo incomprendidas (por personas que no manejan los complejos temas fitosanitarios) y hasta utilizadas, por otros, con fines que nada tienen que ver con el interés del sector, el bienestar de los consumidores o el patriotismo. En los medios se afirma que el sistema fito y zoosanitario de Panamá es uno de los diez mejores del mundo. Por lo menos, puede asegurarse que la fito y zoosanidad panameñas han protegido al país, por muchos años, de una amplia gama de plagas y enfermedades que serían devastadoras para la agricultura y la salud pública si llegaran a ingresar en nuestro territorio (hay muchos ejemplos tanto en la parte vegetal como en la animal).


En cuanto al tema de la expedición de Licencias de Importación, el MIDA siempre ha tratado de cuidar la producción nacional, manteniéndose dentro de las normas internacionales vigentes. Este es, sin duda, uno de los temas más delicados y controversiales que han motivado la actual crisis del sistema agrosanitario nacional. Hay quienes afirman (con o sin conocimiento profundo del tema y con muy variados propósitos), que el MIDA maneja a discreción y manipula la adjudicación y expedición de este importante documento, centro neurálgico vital de todo el negocio de la importación de alimentos frescos. Cuidar la producción nacional significa programar, ajustar o autorizar las importaciones de alimentos o productos frescos sensitivos (arroz, maíz, hortalizas de altura y algunos granos básicos, entre otros) dentro de las épocas del año en que la oferta nacional es nula o no cubre la demanda de consumo. Este es un procedimiento normal en todos los países productores (que requiere del establecimiento de un mecanismo de coordinación y concertación entre importadores, distribuidores y autoridades) y es un derecho inalienable que tenemos como panameños. Es durante estos períodos que se abren ventanas u oportunidades para los importadores a través de los contingentes ordinarios pactados ante la OMC, que ocurren todos los años en las épocas normales de desabastecimiento de los distintos cultivos. También existen los contingentes extraordinarios, que se presentan de tiempo en tiempo, por problemas que afectan la producción nacional programada y estimada en el seno de las distintas Comisiones por Rubro del MIDA (con participación activa de todos los actores clave, principalmente los productores), como sequías prolongadas, exceso de lluvias, ataques severos de enfermedades y plagas y otras contingencias. Este proceder es perfectamente legal y patriótico, a diferencia de la doble moral que exhiben algunos países exportadores que, en abierto y flagrante desacato de las normas del comercio internacional pactadas en el marco de la OMC, asignan mega subsidios a su producción y, encima de eso, pretenden que las autoridades nacionales competentes se crucen de brazos y no respalden a nuestros productores, de quienes depende el sustento -directa o indirectamente- de miles de hogares panameños.



Otros señalan que la corriente aperturista de los mercados (que, a nivel mundial, impulsan ciertas entidades financieras internacionales y que, por cierto, está plagada de distorsiones de las que los países en vías de desarrollo no son los mayores responsables pero si los más perjudicados) nos obliga a navegar en este mar borrascoso (la suscripción de tratados de libre comercio, TLC’s) para poder llegar a puerto seguro. Esto es, en cierto modo, verdad, porque, simplemente, nuestros países quedarían al margen de algunos beneficios importantes que canalizan estas instituciones internacionales, incluyendo préstamos y otras ayudas al desarrollo. También se dificultarían nuestras exportaciones hacia los megamercados, que darían prioridad a los productos de países con los que tengan vigentes TLC´s o algún tipo de afinidad o relación. En otras palabras, quedaríamos aislados del resto de la comunidad internacional. Por estas y otras razones, Panamá se adhirió a la OMC, en 1997, siendo uno de los últimos países del Continente Americano en firmar este acuerdo comercial vinculante. Sin embargo, la estrategia de los desgravámenes pactados y programados para desmantelar nuestros sistemas arancelarios (considerados barreras, obstáculos o distorsiones al comercio que impedían la entrada, principalmente, de productos frescos importados) con el objetivo de fomentar el libre comercio a través de la importación de productos más baratos y de buena calidad para los consumidores (y, al mismo tiempo, forzar a los productores a ser más competitivos), ha resultado en la más grande falacia (no se analizará aquí la razón). Los enormes ahorros que se logran, producto de este intercambio comercial, jamás han sido trasladados -ni siquiera parcialmente- al consumidor panameño (en su mayoría, personas de escasos recursos). Por el contrario, se han convertido en una seria amenaza para la producción nacional, generadora directa e indirecta de miles de puestos de trabajo. Al tener Panamá uno de los jornales mejor pagados de Centroamérica (de lo cuál, incluso, debemos sentirnos orgullosos) y ante la imposibilidad de subsidiar la producción nacional, la tan cacareada palabra competitividad suena a burla macabra. Con todo, podemos ingeniarnos y salir adelante con estrategias coordinadas a todos los niveles y entre todos los actores del sector, en vez de dividirnos o dejar que nos dividan. El alto costo de los alimentos en Panamá no es responsabilidad de nuestros productores, de su ineficiencia o baja competitividad. No son ellos los que se están llevando la mayor parte de las ganancias a manos llenas. Ellos son, de hecho, los que más arriesgan y los que menos reciben en el negocio de la producción, importación y comercialización de alimentos.


Es cierto que hay productores que todavía se aferran a sus prácticas tradicionales de producción (incluyendo cultivos para los cuales ya no son competitivos y tecnologías obsoletas o desfasadas) que, con no poca frecuencia, riñen con la filosofía del desarrollo sostenible. También es cierto que se requiere de un mayor grado de organización de los productores para facilitar la introducción e implementación de tecnologías de punta y las buenas prácticas agrícolas en sus sistemas de producción, así como adentrarse en el mundo de la inteligencia de mercados, para poder competir con mejores posibilidades de éxito en el entorno mundial actual. Es en estos temas, precisamente, en que los programas de organización y soporte a la producción deben concentrar sus esfuerzos coordinados para lograr los cambios e impactos deseados en la verdadera, sistematizada y constante modernización de nuestra agricultura. Por otro lado, también hay muchos productores nacionales de avanzada, progresistas, competitivos y abiertos a los cambios del entorno, receptivos y con visión empresarial, dispuestos a enfrentar los nuevos retos que plantea la globalización y la apertura de los mercados, que tienen fe en el futuro de nuestro país y en las oportunidades que se presentan en el sector agropecuario panameño, que merecen todo nuestro reconocimiento, respeto y apoyo solidario.


La reciente propuesta de crear una nueva autoridad o institución en materia fito y zoosanitaria, con plena autonomía administrativa y normativa, deja sumido al MIDA en una encrucijada sin precedentes. Algunos aducen que el “problema” estriba en que este Ministerio ha estado actuando como “juez y parte” ya que, por un lado, ejerce el rol de autoridad fito y zoosanitaria del país (papel de juez) y, por el otro, es el guardián o protector de la producción nacional en materias, por ejemplo, de fomento y de negociaciones comerciales (papel de parte), entre otras. Pero, ¿cómo defender y preservar eficazmente los mejores intereses del país (la salvaguarda del patrimonio fito y zoosanitario y la sostenibilidad de nuestra pequeña pero muy importante producción nacional) del asedio de sectores económicos, nacionales y extranjeros, regidos por criterios netamente economicistas y mercantilistas (que no están obligados, ciertamente, a velar por el desarrollo socioeconómico de los panameños), provocando la separación de estas funciones del MIDA que causaría, indefectiblemente, una brecha en la autoridad y en la capacidad de negociación y de toma de decisiones? Si, como se ha propuesto, se llega a crear la citada autoridad o institución fitosanitaria autónoma, esta deberá contar con una Junta Directiva, como máximo organismo rector. Si en esta Junta Directiva, por ejemplo, se permitieran representantes y/o simpatizantes de estos poderosos sectores económicos, ¿no se estaría vulnerando la autonomía y la verdadera independencia de criterio que se requiere en los temas fito y zoosanitarios, dejándola a la merced de estos grupos? ¿No sería esto, verdaderamente, ser juez y parte? La seguridad alimentaria de una nación, dentro de la cuál están inmersos la regulación de la producción agropecuaria y la protección del patrimonio fito y zoosanitario, son temas de Estado estratégicos que deben mantenerse bajo el control oficial absoluto. Esto no quiere decir, por supuesto, que no se interactúe y consulte la opinión de estos importantes sectores económicos, que tienen mucho que decir y que aportar al desarrollo de la Nación.



El sector agropecuario panameño, en su conjunto, enfrenta la mayor crisis existencial de su historia. Hay que navegar, para no naufragar en el agitado mar neoliberal (que, luego de sus buenos propósitos originales ha degenerado en un hipercanibalismo comercial), pero hay que hacerlo con pericia, inteligencia y elegancia, analizando a profundidad todos los escenarios posibles. Las reglas del “juego” nos son impuestas por quienes detentan el poder económico mundial. Si la competencia fuese justa (es decir, si los países ricos no subsidiaran sus productos agropecuarios, no manipularan las exportaciones agropecuarias de nuestros países imponiendo cuotas a su gusto y antojo, no se aprovecharan -con alevosía- de sus economías de escala, etc.), no habrían excusas. Pero, mientras esto se logra (ahora resulta que los países en vías de desarrollo tienen que dar una moratoria a los ricos para que desarmen su andamiaje de megasubsidios a sus producciones agropecuarias y elaboren nuevas estrategias), ¿tenemos que dejar de cuidar la producción nacional de cultivos sensitivos (tal como se ha planteado en este artículo) en aras de un “libre comercio” que solo existe en los textos de los convenios comerciales? ¿Acaso no existen muchos otros productos agrícolas no sensitivos en los que la apertura comercial ya es total? Existen algunas alternativas viables que nos permitirían mantenernos a flote y con viento propicio, a salvo de los tsunamis neoliberales que azotan nuestras economías pero que requieren de una visión integral, sistémica, así como de una acción intersectorial coordinada.

El Proyecto de Ampliación del Canal Interoceánico de Panamá

El tema de mayor relevancia en la actualidad, es el Proyecto de Ampliación del Canal Interoceánico de Panamá que impulsa el Gobierno Nacional. Como panameño, me atrae muchísimo esta idea. Creo que el canal tiene que mantenerse competitivo, más en estos tiempos modernos en que la competitividad de una empresa es la clave entre el éxito y el fracaso.

No hay que ser experto en economía, finanzas, negociaciones comerciales y/o ciencias afines para darse cuenta que la construcción de una tercera vía (en la actualidad las esclusas tienen dos vías) incrementaría significativamente la capacidad de tránsito de la vía interoceánica (para mover barcos, carga y pasajeros). Esto se debe a que la tercera vía, única por la que podrían transitar los colosos barcos Post Panamax, no sería exclusiva para ellos. También podrían transitar por ella todo tipo de barcos. Este es un detalle que, por ser tan obvio, ha sido dejado en segundo plano por los promotores del proyecto. Si se logra descongestionar las largas colas de barcos que esperan turno en ambos extremos de la vía, aumentaría la eficiencia, el tránsito, el abanderamiento de conveniencia de naves y, por ende, la competitividad de la principal empresa panameña. Un impacto positivo adicional sería el posicionamiento de Panamá como destino turístico de los cruceros, con un importante aporte a la industria turística nacional y su enorme factor multiplicador a nivel de generación de empleos, abastecimiento de alimentos para las naves y los turistas, incremento del comercio en general, establecimiento de empresas navieras, la construcción de astilleros y un largo etcétera. Si esto se complementara con la construcción de puertos multimodales, megapuertos y un aeropuerto adicional para pasajeros y carga, Panamá estaría haciendo honor a su lema: "Pro Mundi Beneficio" y cumpliendo su "augusto destino", como una vez predijo el ilustre Libertador de América del Sur, Simón Bolivar...

Sin embargo, el Gobierno Nacional tiene que brindar la información completa de manera abundante, objetiva y transparente (incluyendo la traducción al español de los estudios técnicos), para lograr el respaldo nacional. Cualquier proyecto -y este en especial- que no tome en cuenta la participación ciudadana está condenado al fracaso. La participación ciudadana tiene que ser considerada desde las etapas preliminares de este proyecto en particular.

De salida, la ciudadanía no aceptará dos cosas: 1) que se sacrifique el progreso de los sectores social, salud, educación y económico de los panameños, en aras de esta ampliación (por más justificación estratégica, política, técnica y económica que tenga) y 2) que, de ahora en adelante, los billonarios ingresos del canal sigan sin tener un impacto positivo medible en el bienestar de todos los panameños y todos los que conviven con nosotros en esta bella tierra istmeña bendecida por Dios. Lo primero, porque un alto porcentaje de panameños (cerca del 40 %) vive en pobreza o pobreza extrema, lo que implica que hay que destinar importantes recursos para combatir este vergonzoso flagelo socioeconómico desde todos los ángulos posibles. Lo segundo, porque el pueblo panameño, en su conjunto, JAMÁS ha sido beneficiado con los ingresos del canal, principalmente ahora que es, completamente, del pueblo panameño. ¡PONGAN ATENCIÓN A ESTO, SEÑORES DEL GOBIERNO CENTRAL, SI QUIEREN TENER ÉXITO EN EL REFERENDUM QUE DECIDIRÁ EL DESTINO DEL PROYECTO DE AMPLIACIÓN DEL CANAL INTEROCEÁNICO!

19 mayo 2006

Un Mundo Realmente Feliz

A diferencia de la famosa novela de Aldous Huxley, Un Mundo Feliz, en este artículo se plantea que la posibilidad de tener un mundo más justo y equitativo está a nuestro alcance, hoy. Si las naciones más poderosas e influyentes a nivel mundial y las organizaciones internacionales (FAO, ONU, OEA, OIEA, OMC, OMS y las famosas Instituciones Financieras, entre muchas más) no hacen algo al respecto, en poco tiempo el mundo entrará en una crisis aguda que tendrá grandes repercusiones negativas en el orden mundial. El escenario que se avecina podría, incluso, traer una tercera guerra mundial atómica y un cambio drástico en los poderes hegemónicos actuales. El mundo necesita deseperadamente hacer un alto y analizar con profundidad la crítica situación actual. Se tiene que alcanzar un consenso mundial e implementar las acciones que sean necesarias para frenar el modelo de desarrollo insostenible vigente (entre ellos una revisión detallada y ajustes al modelo económico neoliberal que rige el mundo y sus distorsiones) antes que sobrevenga el colapso total o la autodestrucción de la civilización, tal como la conocemos hoy.

Los países ricos (de todos conocidos) aún persisten en sus posiciones y prácticas tradicionales de controlar al mundo -especialmente a los países del sur- y medir fuerzas, entre ellos, para obtener una mayor porción en la cuota de poder. Continúa la producción de armamentos, cada vez con mayor poder de destrucción, pensando en futuras guerras y conquistas. Invierten miles de billones en guerras con el fin de dominar áreas geográficas "estratégicas" (para sus fines), con un costo enorme de vidas, tanto militares como civiles. Hipócritamente, crean organismos y convenios internacionales para controlar aún más los países pobres pero son los primeros en violar sus estatutos ante la mirada impotente y -en ocasiones- cómplice, de quienes los administran. La polarización de los poderes militar, económico y político ha creado una especie de "club" exclusivo u oligopolio hegemónico que está ampliando aún más la brecha entre los países ricos y los pobres. En contraposición, podría ocurrir una oposición organizada de los países pobres y una exacerbación de las posiciones extremistas a nivel global...

Con pocas excepciones, desgraciadamente, las clases políticas de los países pobres no ayudan a sus conciudadanos para que logren superar la ignorancia y la pobreza que los consume. Es mucho lo que podrían hacer para mejorar la educación y elevar la calidad de vida de sus compatriotas pero prefieren repartirse el botín y enriquecerse, cometiendo toda clase de atropellos contra sus pueblos. Luego, se hacen las víctimas culpando de sus desgracias a los países ricos y a las organizaciones internacionales o agachan la cerviz servilmente, jurando lealtad a unos y otros, a cambio de favores especiales (donaciones, préstamos, cancelación de la deuda externa, etc.). Esto ha ocurrido durante décadas (¿o siglos?) y, con todo el dinero, los programas y las migajas que los países ricos han repartido en el "Tercer Mundo", la situación no mejora para esos pueblos irredentos y faltos de una clase política verdaderamente solidarizada con su gente y con el futuro de sus países. Continúan los altos índices de pobreza, el analfabetismo galopante, los altos niveles de desempleo, la corrupción, el clientelismo y casiquismo político y la falta de programas efectivos de salud pública. Todavía persiste la mirada triste y hueca de millones de niños que no logran comprender qué sucede y no perciben ni el mínimo atisbo de esperanza en el horizonte de sus jóvenes vidas. Esta misma clase política insensible, corrupta y decadente -cuando lo cree conveniente- se da golpes en el pecho, declarándose los mayores defensores de la patria y los derechos humanos de los más necesitados.

No hay excusas válidas posibles para que, en pleno siglo 21, existan millones de seres humanos que no puedan llevarse a la boca ni un mendrugo de pan y que estén plagados de múltiples enfermedades vinculadas a la desnutrición severa. ¿Cómo es posible que hayan lugares en el mundo en que las aves de rapiña esperan impacientemente que un niño famélico muera en el camino para devorarlo? Es inaudito que millones de hombres y mujeres sufran los rigores de la indolencia, la desidia y la falta de solidaridad humana y tengan que deambular por los páramos y los basureros buscando algo que sirva para comer con el fin de llevarlo a sus chozas -construidas de cartón y materiales de desecho- y mal alimentar a sus hijos, sintiendo el deseo de gritar de impotencia a todo pulmón, sintiendo un gran nudo en la garganta, un creciente deseo de venganza y un enorme resentimiento y desprecio por la vida. Con toda esta desesperanza y frustración, aún tienen que hacer acopio de fuerzas y voluntad para sonreir a sus críos y darles ánimos...

Sin embargo, los países ricos invierten sumas multibillonarias de dinero en la carrera armamentista, en la investigación militar, en los programas espaciales, en las guerras por la hegemonía del mundo (¿programadas?), en las Olimpiadas, en los campeonatos mundiales de fútbol, en las series mundiales del beisball...Solo una parte de este dinero, miles de veces superior a los presupuestos de muchos países pobres daría solución a gran parte del problema mundial de la pobreza y la falta de oportunidades de educación. Pero, realmente, no hay voluntad de los países ricos en ayudar a los pobres a resolver sus apremiantes problemas. Si la hubiera, ya no habrían tanta necesidad y hambre en el mundo. Más bien, parece que los ricos quieren seguir aumentando la deuda externa (ya impagable) de los pobres para poder manipularlos y mantener su status quo actual mediante la depredación y explotación de los recursos naturales de estos países.

¡Que diferente sería todo si viviéramos en un mundo realmente feliz en donde la solidaridad de los países ricos hubiera logrado erradicar la pobreza y el analfabetismo de la faz del planeta! Esto es factible de lograr si los países ricos y las organizaciones internacionales se ponen a trabajar verdaderamente por un futuro más justo y equitativo del mundo, sin máscaras, sin hipocresías. Si la clase política de estos países pobres toma conciencia del daño que causan y corrigieran sus acciones. Entonces, podríamos pensar con optimismo que el mundo rebosa de esperanza...

Terrorismo, flagelo de la humanidad

Vivimos en una era de materialismo extremo en la que se da más valor al dinero, a las posesiones y al poder (en todas sus manifestaciones). Consecuentemente, la humanidad se encuentra en un nivel muy bajo de espiritualidad, ávida de placer, de sensaciones morbosas, de sexo, de drogas y de un impulso irrefrenable por la tenencia de bienes y el consumismo... Las personas son admiradas por su apariencia, por lo que tienen (sin importar cómo lo han obtenido), por el número de cifras de sus cuentas bancarias, por su belleza física, por su prosa y por el poder que detentan. No se admira a las personas por su calidad interior, por su talla moral o espiritual, por su vocación a ayudar a los demás, por su sencillez.


La intolerancia, en todas sus manifestaciones (religiosa, política, racial, de clase social, por género), es el patrón, en los tiempos actuales. Hoy día son comunes las matanzas entre etnias de un mismo país, las agresiones políticas por el poder hegemónico mundial, los crímenes de lesa humanidad por la intolerancia racial, los abusos de las altas clases sociales y las guerras sangrientas por diferencias religiosas "irreconciliables", entre muchas otras atrocidades. La forma más vil y cobarde que utiliza el hombre moderno para imponer su criterio y su dominio, se basa en el terror, es el terrorismo, en el sentido amplio de la palabra: el terrorismo ideológico, el terrorismo económico, el terrorismo psicológico, el terrorismo racial y el terrorismo religioso, entre muchas otras formas existentes.

Este artículo del weblog Palabra Justa se centra en una de las formas más peligrosas del terrorismo: el religioso. Esta forma de terrorismo es, en extremo, perniciosa y alienante pues no reconoce límites a su acción ya que se declara en comunión directa con Dios y en obediencia a Sus mandatos divinos. En entregas posteriores, se abordarán otras formas de terrorismo que han contribuido o servido de medio de cultivo, de manera directa o indirecta, a esta realidad que está llevando al mundo a una encrucijada fatal, especielmente el terrorismo político y el ideológico.

En particular, se comenta la situación sociopolítica y religiosa en el Medio Oriente que es, cada vez, más preocupante y delicada. Esta región del globo terráqueo ha sido el centro de todo tipo de extremismos (religioso, político, racial y de género) desde hace miles de años. En la misma existen grupos que, con gran convencimiento y decisión, cometen las más cobardes y horribles atrocidades, amparándose en las sombras, llamando a estos crímenes actos de fe. Algunos, más osados todavía, se han puesto como meta la conquista del mundo entero y la exterminación de todos los infieles, o sea, aquellos que no comparten sus creencias religiosas, sociales y políticas. Pareciera ser que este comportamiento alienado y alienante es producto de un profundo fanatismo religioso, inculcado desde tiempos inmemoriales, que les ha hecho perder la cordura -o, podría decirse, la razón- para poder justificar esta barbarie, sin el menor remordimiento, y creer -firmemente- que Dios está de su lado. ¿Acaso piensan que su Dios es distinto que el de los demás grupos humanos (Cristianos, Judíos, Musulmanes, Budistas, Sintoistas, Brahamanes, Agnósticos, etc.)? ¿Cómo podría Dios, en Su Santo Juicio, aplaudir semejante carnicería y, además, premiarla con algo tan carnal, tan mundano y tan grotesco como los favores sexuales de bellas doncellas celestiales? ¿Qué clase de ser humano puede, tranquilamente, asesinar vilmente a cientos de personas, en un acto terrorista, por el deseo de recibir este codiciado premio divino? ¿Qué clase de ser humano puede pensar que esto es cierto y que en el Reino de Dios podremos continuar con los lascivos y licensiosos placeres de la carne y de las sensaciones mundanas en vez de transfigurarnos en seres espirituales, en seres de luz? Esto hace recordar la constelación de dioses paganos de las antiguas mitologías griega y romana. Aquellos eran dioses con características, pensamientos, pasiones y sentimientos similares a los de los hombres y mujeres de la época, con capacidad para hacer el bien y el mal. Dioses que podían asesinar, codiciar, mentir y hasta aparearse, como el más común de los mortales. ¿No es esto una burla, una grave ofensa y una blasfemia a la Majestad de Dios? ¿No es esto un insulto a la inteligencia de la raza humana? ¿Alguien podría responder estas preguntas?

Es preocupante observar cómo países extremistas de toda la vida, que han dado albergue y financiado el terrorismo internacional, están ansiosos por tener la tecnología nuclear con fines desconocidos, hasta el momento, pero que no auguran nada bueno para el género humano. También es preocupante que países que poseen esta tecnología hayan negociado, irresponsablenente, por el vil dinero, entregarla a gente que respira abiertamente un intenso odio y resentimiento hacia todo lo que es diferente a ellos, a gente en cuyo diccionario no existen los términos convivencia pacífica o tolerancia y que no respetan el pluralismo religioso y político. Los países que poseen esta tecnología y las organizaciones internacionales (OIEA,ONU, FAO) tienen que llegar a un acuerdo internacional efectivo que regule y supervise de manera más vinculante y beligerante la transferencia de esta tecnología y sus aplicaciones, antes de que sea muy tarde. Si esto no se hace inmediatamente, llegará el día, no muy lejano, en que los extremistas (incluidos los terroristas) contarán con armamento nuclear (si es que ya no lo tienen) y el futuro del planeta penderá de un débil hilo...

Quizás, detrás del telón -tras bastidores- hay actores e intereses políticos, hegemónicos y de naturaleza oscura, manipulando los hilos de esta tragedia humana que estamos viviendo. Que Dios, que es Uno solo para toda la raza humana y para el universo entero, nos guíe y nos ayude para que se logre superar este flagelo mundial y podamos convivir en paz, en un mundo más justo y equitativo.

Lo que este mundo necesita es paz. Pero, para que haya una paz duradera, se tiene que erradicar o reducir significativamente la pobreza, en cada país del mundo. Hay millones de personas que viven en la más abyecta pobreza, padeciendo y muriendo de hambre, sin oportunidades para mejorar su situación y la de sus familias. Otras nadan en la riqueza abundante, indolentemente, sin importarle la suerte de los demás. Los países ricos del norte son, parcialmente, responsables de esta falta de equidad que tiene al mundo sumido en la degradación y la desesperación, con una expectativa muy triste del futuro inmediato y mediato. Esto se debe, en parte, a la hipocresía de sus dirigentes y clases políticas al exigirle a los países pobres, a través de normas y convenios internacionales elaboradas por ellos mismos, el estricto cumplimiento de las mismas, el rigor en la implementación y la transparencia total, mientras que ellos son los primeros en violarlas flagrantemente, según sus mezquinas conveniencias. ¿Cuándo cambiarán su equivocada política exterior que, en los momentos actuales, se está volviendo -como un bumerang- en contra de ellos mismos?