03 septiembre 2007

Reacciones frente al debate sobre las causas que paralizan las iniciativas de los agricultores de América Latina

En un reciente debate en línea, organizado y moderado por el Sr. Polan Lacki, algunos expertos en agricultura, sociólogos y economistas comparten la percepción de que una serie de diagnósticos equivocados y soluciones demagógicas están afectando negativamente la problemática del agro en América Latina y la falta de competitividad de nuestros agricultores. Entre estas causales de la problemática se presentan, numeradas y en negrillas, las más polémicas y, seguidamente, el análisis de “Palabra Justa”.

La actual y ya crónica insuficiencia de recursos públicos -no tanto la falta de voluntad política- es la principal razón por la cual los sucesivos gobiernos no solucionan los crecientes problemas de la educación, de la salud, de la agricultura, de la infraestructura, del saneamiento básico, del transporte urbano, de la pobreza, de la asistencia a los discapacitados, del combate a la delincuencia, etc.. Los gobernantes están virtualmente paralizados, asistiendo pasivamente y aceptando, como si fuese aceptable, la persistencia de treinta (30) hechos que se describen a continuación, que ya están incorporados a la vida cotidiana de nuestros países.

Aún con la ya endémica insuficiencia de recursos públicos en AL, mucho se podría avanzar, en nuestros países, para irle cerrando el paso o ganando terreno a la pobreza. Precisamente, nuestra clase política y nuestros pueblos -con sus excepciones, por supuesto- necesitan más madurez, sentido de Patria, menos politiquería, menos clientelismo y más transparencia en el manejo de la Cosa Pública. Con las limosnas que dan anualmente los países ricos del norte, en AL, desde hace muchos lustros, no debería haber pobreza ni desempleo. El problema es que el poder político se ha convertido, en AL, en un codiciado botín que todos los partidos políticos o las dictaduras disfrazadas de democracias quieren tener para enriquecerse y apoderarse de todas las oportunidades para sus co partidarios, sus familiares, amigos y socios. No hay un verdadero, un genuino concepto de Nación, de Patria. En otras palabras, la clase política latinoamericana y nuestros pueblos, requieren de un cambio de mentalidad, de una re ingeniería, de una especie de Revolución Socio-humanística centrada en los verdaderos intereses nacionales y latinoamericanistas... Era el sueño del gran Simón Bolívar, demasiado adelantado a su época y parece, también, que a la nuestra.

1) Los desempleados buscan desesperadamente pero no consiguen un empleo.

Es porque la mayoría de los gobernantes y sus equipos de trabajo no tienen iniciativa ni imaginación para proponer, fomentar o implementar nuevas fuentes o alternativas de empleo o no les interesa resolver el problema pues se quedarían sin clientela política.

2) Los enfermos esperan varios días por una consulta médica, semanas por un examen de laboratorio y meses o años por una cirugía; muchos mueren en los pasillos de los hospitales antes de llenar la odiosa "ficha de admisión".

Esto persiste porque, simplemente, no se toman las decisiones valientes que se deben tomar para reformar adecuadamente los Sistemas Nacionales de Salud pues se piensa más en perpetuarse en el poder político y en los costos políticos para los partidos que gobiernan, que en tomar decisiones duras pero necesarias. No es posible pensar que esta situación esté ocurriendo por falta de capacidad o conocimiento de los temas de salud, ni por la falta de recursos.

3) Crecientes cantidades de pobres "residen" y recogen cartones en las calles mientras sus hijos están siendo "educados" en el mundo del vicio y de la delincuencia.

Es dolorosamente cierto pero podría resolverse grandemente con programas de resocialización adecuados, capacitación vocacional y creación de oportunidades de empleo, mediante un trabajo bien planificado interinstitucionalmente, con apoyo del sector privado. Lo que sucede es que los partidos políticos tradicionales están con la mente en otras cosas que ya se han mencionado y no les importa un pepino ayudar a los pobres aunque sean los de sus propios partidos.

4) En los basureros públicos los más hambrientos están disputando la comida con ratones y cuervos.

Este punto podría unirse con el anterior. Como ejemplo de que querer es poder, en la India, se formó, recientemente, con ayuda del gobierno de turno, una Cooperativa de los pepenadores o rebuscadores de basura que ha mejorado significativamente los ingresos y la calidad de vida de sus miembros y sus familias, recuperado, de paso, su dignidad. Los miembros de esta Cooperativa no buscan comida para alimentarse en la basura, más bien recolectan objetos o artículos que puedan vender para su reciclaje.

5) Los narcotraficantes tienen más poder y mejores armamentos que los servicios policiales.

Muchos aceptan, aunque aún no hay consenso, que la manera más eficiente y menos traumática de acabar con el gran negocio de la droga es su legalización, para que sus precios bajen drásticamente y ya no sea rentable para los patrones de la droga. Actualmente, a los precios del mercado negro, es un negocio en extremo lucrativo que les permite mantener laboratorios clandestinos y financiar ejércitos de mercenarios disfrazados dizque de "movimientos revolucionarios". Con la legalización podría regularse y controlarse mucho mejor este problema. Hasta el momento, todos los esfuerzos desplegados han sido infructuosos, con billones valores monetarios invertidos, mucho desgaste, mucho drama, miles de muertos y poquísimos resultados.

6) Desde el interior de las cárceles superpobladas muchos delincuentes siguen comandando el crimen organizado y promoviendo frecuentes rebeliones para reivindicar y conseguir que los transfieran para presidios "más democráticos".

Caemos nuevamente en la corrupción de empleados mal pagados o de coimas millonarias. Esto puede ser controlado fácilmente si, de verdad, se deseara.

7) Los gobernantes, lo poco que hacen y recién después de ser fuertemente presionados por denuncias de la prensa o por los sindicatos más agresivos, es "apagar los incendios más ruidosos"; pero después que los ruidos disminuyen cesan las acciones gubernamentales, hasta que ocurra la próxima emergencia.

Esto es lo que se señala en el artículo "Consolidación de la Nación Panameña y de la Panameñidad", publicado en este Blog el 24 de julio de 2006. En el caso de Panamá, se atribuye, en parte, a la mentalidad reactiva de los panameños, que no actúan proactivamente, que es lo adecuado. Esta actitud obedece a razones históricas y culturales que se plantean en el artículo y que tienen que ser cambiadas lo antes posible.

8) Ello ocurre por la elemental razón de que las crecientes necesidades y aspiraciones de los ciudadanos sobrepasan las decrecientes posibilidades de los debilitados gobiernos en satisfacerlas.

Es cierto solo parcialmente. Como se señaló en el punto anterior, hay que cambiar la mentalidad en extremo reactiva de los panameños y muchos otros hermanos latinoamericanos, que nos hace actuar a la defensiva o al contragolpe. Cuando se indica cambiar la mentalidad, también se incluye a los políticos y tomadores de decisiones, no solo al pueblo.

9) Para empeorar aún más este cuadro de parálisis, los gobiernos ya no pueden reforzar sus presupuestos a través de la vía, cómoda y simplista, de aumentar el endeudamiento público y los impuestos; porque lo primero ya es insoportable para los propios gobiernos y lo segundo ya es insoportable para los contribuyentes. En resumen, la capacidad de los gobiernos de resolver por la vía paternalista los problemas de los ciudadanos está agotada; sólo los "avestruces" aún no se han dado cuenta de esta evidente impotencia gubernamental. Esta es una realidad que no podemos seguir fingiendo que no existe o que no la conocemos, pues ella, además de evidente es creciente; para confirmarla, basta salir a la calle, ver las colas en los colapsados servicios públicos o asistir a los noticieros de la televisión.

Dolorosamente cierto. Si tuviéramos una mentalidad proactiva actuaríamos y tomaríamos al toro por los cuernos o cachos, atacando los problemas de raíz hasta solucionarlos y no de manera cosmética o apagando incendios que vuelven a ocurrir, cada vez con más frecuencia, para salir del paso. Talento, capacidad e imaginación no es lo que falta a los latinoamericanos ya que son dueños de un "pool" genético muy vasto, por la mezcla de razas que recibimos como herencia. Lo que nos falta es evolución social, madurez. Si hubiese consenso, buena voluntad, colaboración, decisión firme, unidad, verdadero patriotismo y latinoamericanismo en nuestros gobernantes y pueblos, no tendrían que pasar otros 500 años para lograr este resultado, luego de la destrucción que hace este mismo tiempo dejaron los "conquistadores" en nuestra AL, a la que solo llegaron con una actitud depredadora, acabando con todo a su paso, incluyendo culturas y sociedades tan o más avanzadas que las de ellos -como los MAYAS y los INCAS- en muchos aspectos. Al interrumpir de este modo nuestra evolución natural, solo dejaron nuevas sociedades compuestas mayormente por mestizos o híbridos de las mezclas de europeos, negros traídos de África e indígenas nativos, sin referentes históricos y culturales. Los nativos puros que lograron escapar a la debacle huyeron o murieron en el intento y sus grandes avances y logros en arte, ciencia, historia, cultura, etc. se perdieron para siempre. Cuando ya no quedó nada que depredar, los "conquistadores", simplemente, se fueron, dejando tras de sí la desolación.

10) Ahora que hemos llegado al "fondo del pozo" está demostrado, de manera clara y definitiva, que es imposible solucionar los problemas de la pobreza a través del paternalismo estatal. Los recursos gubernamentales, que parecían inagotables, están agotados. Entonces tenemos que abandonar las medidas populistas / demagógicas y hacer algo radicalmente diferente. Entre otras cosas: reducir drásticamente la frondosa e improductiva burocracia estatal, eliminar los organismos públicos inoperantes y prescindibles, abolir privilegios ilegítimos disfrazados de "derechos adquiridos", endurecer en el combate a la corrupción, reducir la cantidad de parlamentarios, militares y burócratas improductivos. En resumen, "adelgazar" la máquina gubernamental para que los gobiernos dispongan de los recursos que necesitan para ejecutar las actividades que son realmente importantes e indelegables.

Entre muchas otras alternativas, lo mejor sería eliminar o minimizar todo el aparato MILITAR o los Ejércitos (en los países en que esto sea factible) que tanto drenan las arcas públicas y resolver el gravísimo problema energético a base de biocombustibles pues los países petroleros están asfixiando al mundo.

11) Con los ahorros obtenidos en este "adelgazamiento", la nación en su globalidad (no apenas el gobierno) deberá hacer una inversión, seria y absolutamente prioritaria, en el desarrollo de las capacidades y competencias de los habitantes de cada país. Los propios ciudadanos -quiénes están causando los problemas y quiénes están siendo afectados por ellos- tendrán que ser convocados, formados y capacitados para asumir, en forma individual o a través de grupos organizados, una creciente parcela de responsabilidad en la corrección de los errores que ellos, involuntariamente, están cometiendo y en la solución de sus propios problemas.

Esto hay que examinarlo con pinzas pues es parte de lo que plantea el modelo económico Neoliberal (ver:”Ocaso del Modelo Económico Neoliberal”, publicado en este Blog el 23 de mayo de 2006) que, sabemos, nació en Washington ("Washington Consensus") para ser aplicado en AL con otros objetivos y que, luego, fue globalizado con mucho trauma y pocos éxitos. Precisamente, con el pretexto de “adelgazar” el Estado y eliminar la competencia desleal hacia el sector privado, se realizaron muchas de las privatizaciones de las empresas estatales. En todos los países de AL estas empresas estatales -que cumplían una función social ofreciendo servicios a bajos costos- fueron muy mal negociadas o, quizás, hubo coima bajo la mesa y los usuarios, o sea, el pueblo, quedó a expensas del capitalismo salvaje de omnipotentes y poderosos consorcios transnacionales que encarecieron todos los servicios con el argumento de mejorarlos y abrirlos a la "libre" competencia. El problema fue que los salarios de los trabajadores se quedaron congelados, como hasta hoy. Esta era la teoría original detrás del "Fundamentalismo de Mercado" o "Neoliberalismo" de John Williamson, de los Estados Unidos. El problema es que todas las distorsiones que impedían el "libre mercado" de la Oferta y la Demanda en AL fueron eliminadas, obligando a nuestros países a desproteger sus mercados tras la eliminación de las barreras arancelarias y no arancelarias, a través de la desgravación progresiva, supuestamente para que se fomentara una competencia sana y nuestros consumidores, especialmente los pobres, que son mayoría, se beneficiaran con mayor oferta, variedad y precios más bajos. Esto no sucedió así pues, por un lado, los importadores de alimentos introducen productos altamente subsidiados de los países ricos y, por supuesto, con precios mucho más bajos que los productos locales pero no trasladan a los consumidores los ahorros obtenidos, para aumentar sus ganancias, llevando a la quiebra a miles de productores nacionales que no pueden competir pues, además, estos países controlan casi todos los insumos de la producción.

12) Reconociendo que los gobiernos no pueden solucionar, año tras año, todos los problemas de todos los ciudadanos, el Estado “perpetuador” de dependencias deberá transformarse en un Estado educador, ”empoderador” de los ciudadanos y emancipador de las dependencias que ellos actualmente tienen de sus gobiernos.

El rol normativo del Estado es de vital importancia para que no haya caos, anarquía, pero creando y manteniendo las condiciones adecuadas para que florezca un desarrollo sostenible en el tiempo, con inclusión de todos los actores sociales y económicos.

13) En las actuales circunstancias de "parálisis" y de impotencia de los servicios públicos, compartir responsabilidades entre el Estado y los ciudadanos es una propuesta que vale la pena discutir y construir.


Efectivamente, la transparencia, la honestidad y el verdadero sentido de Patria, están entre las guías más importantes. Al fin y al cabo, los gobiernos deberían ser "del pueblo, por el pueblo y para el pueblo", como sentenció el gran Abraham Lincoln, presidente, estadista y emancipador de los negros en los Estados Unidos. Creo que así lo hacen, todavía, en la siempre independiente Suiza.

14) El colonialismo y el imperialismo.

Sería interesante poder consultar la opinión de los pobladores de América de hace 500 años o a las víctimas de los distintos imperialismos que han existido y existen hoy en día, si las acciones de estas fuerzas no afectaron y afectan, significativamente, sus sistemas de vida, creándoles multitud de problemas que aún hoy tienen vigencia. Esto NO ES lamentarse, como se dice, es ubicarse y estar conscientes de que hay un interés hegemónico y económico tras las acciones de la gran mayoría de los países desarrollados.

15) Políticas de ajuste "impuestas" por el FMI y el Banco Mundial.

Si lo que sucedió en Brasil, en tiempos de Fernando Collor de Mello, a inicios de los noventa, para citar un solo caso que dio la vuelta al mundo, como ejemplo de esta influencia consciente y programada, entonces las Instituciones Financieras Internacionales o IFIS son la panacea del tercer mundo. Para profundizar, habría que remontarse un poco más en el tiempo y recordar la terrible tragedia de Argentina, a principio de los años ochenta, que sumió a este país en la peor crisis económica de toda su historia, en la que el FMI jugó un rol protagónico importante. No se pretende indicar que estas instituciones no son necesarias para mantener el equilibrio socioeconómico mundial pero hay que estar claros que responden a las consignas de sus dueños y que si, en realidad, quisieran incidir positivamente en que se logren las transformaciones o cambios que se requiere para eliminar o minimizar la ignorancia, la pobreza y el hambre en los países pobres y en vías de desarrollo, tendrían ellas primero que cambiar radicalmente su enfoque.

16) El neoliberalismo, la globalización y la OMC.

Son tres cabezas del mismo monstruo o Medusa y, eso, pidiendo disculpas a la mitológica Medusa por esta odiosa e injusta comparación. En realidad, en el mundo, lamentablemente, las reglas del juego las imponen los que tienen la fuerza, el poder político o militar y/o el dinero, más que la razón o la solidaridad. No nos llamemos a engaño. Hay mucha hipocresía en las IFIS que, como todo el mundo sabe, responden a intereses y consignas bien definidas. Por tal razón, nuestros países tienen que seguir la comedia -¿o drama?- y hacerlo inteligentemente para salir bien librados, aún en las condiciones de desventaja que se nos presentan en esos escenarios. Nadie puede negar que los MEGA subsidios de los países ricos del norte tienen un impacto decisivo en el comercio internacional, que inclina la balanza en contra de los productos de nuestros países, creando serias distorsiones.

17) La falta de políticas, de garantías de comercialización, de créditos abundantes y baratos, de refinanciación y condonación de deudas.

Aquí es donde los "gobiernos" de América Latina -¿o deberían denominarse desgobiernos?- pueden incidir pero, tristemente y con pocas excepciones, solo piensan en robar, en enriquecerse y en el "juega vivo". ¿Como cambiar esta situación? Esto es, justamente, lo que hay que abordar seriamente, a lo interno y con una visión latinoamericanista, como soñó el insigne latinoamericano Simón Bolívar.

Ningún país de América Latina debería aceptar las condonaciones de deudas porque, en principio, son sumamente denigrantes y, adicionalmente, solo sirven para abrir nuevas “cuentas de créditos” y continuar con la política de endeudamiento e ineficiencia de las gestiones gubernamentales. Las condonaciones son parte de las limosnas o migajas que los ricos arrojan con desprecio para sentirse bien y en paz con Dios y, además, darse su propaganda de países solidarios. Hay que añadir, también, que las mismas están condicionadas y que además de perder la dignidad nacional, nuestros gobiernos adquieren compromisos de ceder a los intereses de quienes las otorgan. Para ellos, nada es gratis o altruista...

18) La falta de subsidios internos y medidas de protección contra la importación de productos agrícolas.

Los subsidios internos deben utilizarse estratégica e inteligentemente con el fin de salvaguardar la producción nacional, tal como lo hacen los países ricos. La única diferencia es que nuestros países no pueden alcanzar los niveles de subsidio de los países desarrollados y tienen que utilizar el talento latinoamericano para subsistir. Quién que afirme lo contrario desconoce las realidades y trasfondos de este mundo. Es como aceptar que los países ricos tienen derecho a hacer lo que les viene en gana y conviene y los países de América Latina tienen que aceptarlo estoicamente. Que ellos pueden exigir a nuestros países el fiel cumplimiento de las normas y regulaciones de la OMC pero la globalización no aplica a ellos. Que cómodo, ¿no?

19) Algunos indican que los líderes gremiales de los agricultores y las autoridades de turno de los países tienen que adoptar medidas realistas que puedan ser llevadas a la práctica, aún cuando no sea posible eliminar aquellos factores externos que contribuyen a la problemática del agro en América Latina.

Al menos en Panamá, la gran mayoría de los productores agrícolas no están organizados gremialmente todavía y, al estar dispersos, son muy vulnerables. Es importante puntualizar a los agricultores chicos y pobres, que son la mayoría, por lo menos en Panamá, pues también hay grandes productores con alta tecnología, que solo son unos cuantos. Cuando se habla de los agricultores, en América Latina, hay que especificar bien. Los primeros, que son los más numerosos, practican una agricultura de subsistencia con muy poca tecnología, comercializan sus pocos excedentes y son completamente ineficientes. También hay productores comerciales ineficientes, que no adoptan las tecnologías que tienen disponibles y tampoco pueden competir. El primer paso es elevar el nivel tecnológico de los agricultores para que puedan competir mejor. Por eso la OMC programó un período de gracia de 10 años en los cuales los desgravámenes tenían que aplicarse paulatinamente, así como la eliminación de todas las distorsiones o barreras al comercio de los alimentos frescos, con el fin de dar tiempo para este cambio. Sin embargo, los "gobiernos" no organizaron ni prepararon adecuadamente a los agricultores.

20) Otros preguntan para qué los agricultores pagan los sueldos de los funcionarios de las instituciones de apoyo al agro: si es para que sigan formulando diagnósticos de los factores externos del porqué somos subdesarrollados o para que dichas instituciones sean muchísimo más eficaces en la corrección de las ineficiencias del negocio agrícola.

Obviamente, para fijar bien el rumbo hay que analizar los motivos por los cuales América Latina está como está para poder realizar una planificación estratégica; es como realizar un análisis FODA que incluye las Debilidades y las Amenazas. Hay que recordar que en el FODA también se tienen que analizar las Fortalezas y las Oportunidades. Pero, ¿de qué sirven los diagnósticos -que ya se han efectuado desde hace mucho tiempo- y los planes estratégicos basados en ellos, si no se ponen en práctica los resultados?

21) Antes de echar la culpa a terceros, ¿no se debería hacer las “tareas domésticas” (por ejemplo, corregir las distorsiones) máxime si se tiene en cuenta que éstas pueden ser evitadas o eliminadas independiente de lo que ocurra o deje de ocurrir con aquellos “enemigos externos”?

No se trata de esto. La esclavitud y los impuestos de los Señores Feudales que oprimían los pueblos, entre muchos otros abusos históricos, eran perfectamente justificados por los ricos y poderosos de esos tiempos que los consideraban como algo normal. Fueron, precisamente, los esclavos y los pueblos oprimidos los que, después de largas y sangrientas revoluciones, lograron su liberación. De otra forma, todavía existirían la esclavitud y el feudalismo. Hay que enfrentar los problemas internos y los externos al mismo tiempo ya que están, indefectiblemente, relacionados. El mundo no se detiene y no se puede decir a los problemas externos: “esperen a que resolvamos primero los problemas internos antes de atacarnos”.

22) Contrario a lo que suele afirmarse, la problemática, la falta de competitividad y los errores de los agricultores de América Latina NO se deben a los supuestos factores exógenos mencionados; se deben al hecho concreto de que la mayoría de los ellos -no por su culpa, evidentemente- no posee los conocimientos elementales que son necesarios para evitarlos o corregirlos.

En Panamá, por poner un ejemplo, falta promover más la organización de los productores agrícolas, a través del movimiento cooperativista u otros, para que puedan recibir capacitación permanente, adopten la tecnología generada y validada que es mucha, se les de seguimiento, puedan recibir créditos e insumos más baratos. Los productores agrícolas, dispersos en su gran mayoría, no tienen acceso a créditos y no pueden implementar las tecnologías generadas que los harían más eficientes. Por otro lado, las cooperativas o asociaciones de productores tienen, también, muchas ventajas en la fase de comercialización. Por ejemplo, el sector pecuario panameño de especies bovinas (carne y leche) está mucho más desarrollado que el agrícola pues la inmensa mayoría de los productores, desde los más pequeños hasta los más grandes, están asociados a la ANAGAN (Asociación Nacional de Ganaderos) lo que les da un tremendo respaldo y los hace más competitivos. Lo que se desea resaltar es que uno de los principales problemas del sector agrícola panameño y, tal vez, de muchos países de América Latina, es la falta de organización, de agremiación.

23) Muchos agricultores aún practican el mono o bi cultivo y, consecuentemente, obtienen ingresos sólo una o dos veces al año. Es por esta razón -y no por falta de decisiones políticas- que se vuelven tan dependientes del crédito rural; si diversificasen la producción agrícola y la integrasen a la producción pecuaria también diversificada, podrían generar alimentos “balanceados” para la familia y para los animales, además de ingresos, durante los 365 días del año. Con esta medida, tan sencilla pero altamente eficaz se volverían menos dependientes del crédito y menos vulnerables a otros factores externos adversos (como: clima, mercado, plagas, etc). Soluciones pragmáticas, similares a la diversificación productiva, deberían ser enfatizadas en las escuelas agrotécnicas y facultades de ciencias agrarias; en vez de esperar que los economistas del Banco Central o los parlamentarios del Congreso Nacional resuelvan los problemas económicos de los agricultores. Es preferible eliminar ésta causa de la excesiva dependencia del crédito que contrarrestar sus síntomas o consecuencias, utilizando artificialismos crediticios compensatorios de ésta ineficiencia.

La limitante principal de todo es la falta de organización de los productores agrícolas de Panamá y de muchos países de América Latina. Los productores dispersos no pueden enfrentar la globalización. Pueden hacer todo lo que se indica, que es correcto, pero si los importadores de alimentos y las cadenas de distribución importan productos extranjeros más baratos, nuestro productor no puede competir y se va a la quiebra. La única solución está en la organización y el aprovechamiento de todas las ventajas que ofrece, incluyendo la comercialización en los mercados internos y externos, disminuyendo los riesgos.

24) La mayoría de los productores rurales, mientras se quejan de la falta de recursos, sobredimensionan y mantienen en la ociosidad importantes inversiones en tierra, maquinaria e instalaciones que producen con bajos rendimientos y permanecen subutilizadas, durante gran parte del tiempo. Si los productores formasen grupos para ejecutar y utilizar en conjunto algunas inversiones (aquellas que son de alto costo y que son utilizadas con baja frecuencia) podrían reducir esta distorsión que incrementa, innecesariamente, sus costos fijos.

Es lo que se ha venido señalando constantemente: el COOPERATIVISMO o el ASOCIATIVISMO, en otras palabras, la organización, es la tabla de salvación de los agricultores de Panamá y América Latina. Hay que concentrar los esfuerzos en lograr la agremiación, la organización de nuestros agricultores, para poder enfrentar la liberación de los mercados. No hay otra salida.

25) Con los ahorros obtenidos los agricultores podrían adquirir los insumos que necesitan (pero que dejan de comprar por no disponer de recursos) para aumentar los rendimientos y reducir los costos por kilo producido. Idéntico problema ocurre con los animales; los ganaderos suelen poseer una excesiva cantidad de animales mal alimentados, en vez de tenerlos en menor cantidad, pero bien alimentados y, consecuentemente, más productivos. Estas sub utilizaciones y ociosidades no ocurren por falta de decisiones políticas o por culpa del colonialismo o del neoliberalismo, sino porque los agricultores no han sido formados ni capacitados para practicar el asociativismo, intensificar la producción y mejorar la administración predial; otra vez, la causa del problema y su solución no están en el Ministerio de Economía / Hacienda, sino que en el sistema educativo rural, formal y no formal.

El neoliberalismo ha venido a FORZAR o ser catalizador del cambio que necesitamos efectuar pero será sumamente traumático y dramático, incluso, pues nuestros agricultores y gobiernos no están entendiendo que necesitamos unirnos, organizarnos, cooperativizarnos o formar asociaciones para poder hacer frente a los nuevos paradigmas y escenarios mundiales, aprovechando nuestras Fortalezas al máximo, no dejando perder las Oportunidades que se presentan, corrigiendo las Debilidades que tenemos y que ya harto conocemos y estudiando y enfrentando las Amenazas que nos rodean para poder eliminarlas o minimizarlas siendo competitivos. La situación se complica mucho más pues los países del norte proveen de doble subsidio a su agricultura: por un lado, a la actividad de producción agropecuaria y, por otro, a sus productos de exportación (o sea, que es muy difícil penetrar el mercado interno de esos países con nuestros productos y -al mismo tiempo- sus productos para exportación, doblemente subsidiados, compiten deslealmente con los de cualquier país latinoamericano en cualquier mercado). Por otro lado, los importadores de nuestros países aprovechan esta coyuntura de apertura de mercados para favorecer la importación de alimentos subsidiados mucho más baratos -legalización del dumping- y no trasladan los ahorros, ni siquiera parcialmente, al consumidor. Hay que organizar a todos los productores de América Latina, desde los minifundistas hasta los más grandes, para lograr los cambios deseados, pero esta labor es de todos los actores de las cadenas agroalimentarias y de los consumidores.

26) Los productores rurales más pobres suelen producir rubros de baja densidad económica para los habitantes urbanos de bajos ingresos (yuca, camote, papas, zapallo, maíz, arroz, frijol, etc.). Aunque fuesen eficientes y obtuviesen altos rendimientos por hectárea, estos productores tendrían ingresos muy limitados o necesitarían de una gran escala de producción, capacidad que no poseen. Consecuentemente, es necesario capacitarlos para que produzcan rubros diferenciados, más sofisticados y de mayor densidad económica (cultivos orgánicos o hidropónicos u hortalizas bajo plástico -para producirlas fuera de estación- frutas, flores y plantas ornamentales, champiñones, espárragos y otras hortalizas más sofisticadas, plantones, especies animales menores, miel, peces, gallinas y huevos criollos, condimentos, plantas aromáticas y medicinales, etc.. La idea es poder venderlos con algún valor agregado. Con tal reconversión productiva estos agricultores dejarían de vender mucho ganando poco y pasarían a vender poco ganando mucho. La corrección de esta ineficiencia deberá ser enseñada por los agrónomos y zootecnistas directamente en las fincas, en vez de seguir pidiendo que los economistas del Banco Mundial o del FMI lo resuelvan allá en Washington.

Si los agricultores pequeños estuvieran cooperativizados o asociados, podrían ser competitivos aun con estos rubros de baja densidad cuya producción, después de todo, cumple un papel social pues a los ciudadanos de bajos ingresos también hay que darles soluciones. En la misma línea de pensamiento, la producción de rubros diferenciados requiere de grandes inversiones de capital y, la única manera de que los agricultores pequeños lo logren, es a través de la organización en asociaciones o cooperativas de producción que los harían sujetos a crédito, los ayudaría en la comercialización y les procuraría capacitación en los temas que ellos requieran. La organización es la manera más social, viable y realista de enfrentar los mercados globalizados de hoy con eficiencia, sin tener que recurrir a las IFIS que, dicho sea de paso, nunca resuelven pues, como es sabido, responden a los intereses de sus dueños. Nuevamente, hay que organizar a los productores.

27) Tanto en la adquisición de los insumos como en la venta de sus excedentes, los agricultores actúan en forma individual. Es debido a esta falta de espíritu y ejercicio asociativo, y no tanto por culpa de la globalización ni del FMI, que ellos adoptan procedimientos totalmente contrarios a sus propios intereses, como por ejemplo: en la compra de los insumos los adquieren al por menor, con alto valor agregado y del último eslabón de la cadena de intermediación; pero en la comercialización de sus excedentes, dan un giro de 180 grados y hacen exactamente lo contrario, pues los venden al por mayor, sin valor agregado, al primer eslabón de la cadena. El espíritu cooperativo, la solidariedad y la práctica del asociativismo -necesarios para que los propios agricultores puedan revertir esta doble distorsión- hay que enseñárselos a los niños en las escuelas fundamentales rurales; en vez de seguir echándole la culpa a la OMC o a los países ricos que subsidian y protegen a sus agricultores.

Si todo fuese tan sencillo como se predica, los agricultores pequeños de América Latina no estarían tan mal. Los del FMI y la OMC son unos burócratas y tecnócratas a los que poco les importa el destino de los nuestros, hay que ser claros. Hay países ricos que no han suscrito convenios de vital importancia para la sostenibilidad de la vida en el planeta y, por ende, de la humanidad, como son el Convenio de Biodiversidad y el Protocolo de Kyoto o, simplemente, a sus gobiernos no les ha dado la gana de suspender la producción de gases que afectan la capa de ozono estratosférica, como son el CFC y el bromuro de metilo, entre otros, porque sus industrias, o sea, sus viles intereses económicos, se afectarían. Han preferido poner plazos largos para potenciar sus ganancias, en osada y peligrosa rebeldía contra la Naturaleza. Entonces, ¿qué es lo que está en debate, el prestigio de las IFIS o la supervivencia de los agricultores de nuestros países y del planeta entero? En el fondo, no hay verdadera coherencia ni solidaridad en los planteamientos de los gobiernos de los países ricos y de las IFIS, solo en apariencia, de la boca para afuera. Los USA, por ejemplo, han gastado nada menos que 465,000 millones de dólares en la guerra contra IRAK, que pudieron ser mejor utilizados en objetivos más altruistas y positivos, pero la hegemonía y la geopolítica son objetivos más importantes que el hambre y las enfermedades en los países pobres del mundo. Con toda certeza, este dinero -maquiavélicamente derrochado- hubiera resuelto todos o la mayoría de los problemas del mundo. Pero, ¿de quienes son las fábricas de armamentos? ¿Quienes son los que organizan las guerras y ganan mucho dinero con ellas? ¡La guerra es un gran negocio para algunos países, sin importar el hambre, la miseria y las muertes que cause! Hubo una vez un filósofo que se atrevió a decir que “la guerra es la madre de las cosas”. En la actualidad, esto quizás dependa del lado en que esté el que lo dice. Tal vez algunos no deseen un mundo en paz, sin pobreza, sin hambre...

28) Siendo realistas y objetivos, los innecesariamente altos precios de los insumos y los innecesariamente bajos precios de las cosechas se deben, en gran parte, a la excesiva intermediación; y esta, a su vez, se debe al hecho de que los agricultores no han sido formados ni capacitados para organizarse con propósitos empresariales. En vez de mendigar que los supermercados, las agroindustrias o los intermediarios les paguen precios más justos por sus cosechas, los agricultores deberían exigir que el sistema educativo rural les enseñe cómo organizarse para disminuir los excesivos eslabones en la venta de sus cosechas.

Nuevamente, la solución está en la organización, los agricultores, grandes, medianos o pequeños de América Latina deben cooperativizarse o asociarse para poder eliminar o enfrentar, con posibilidades de éxito, estas distorsiones.

29) La organización es, realmente, muy necesaria e importante. Sin embargo ella tendrá que ser llevada a cabo por los propios agricultores y no por la inepta e ineficaz burocracia estatal.

La organización es, ciertamente, la única vía. Es responsabilidad de los mismos agricultores, pero con ayuda de nuestros gobiernos. No es justo comparar el nivel cultural y educativo de un agricultor europeo con el de un agricultor de nuestros países, muchos de los cuales ni siquiera pueden leer o escribir. Mucho menos pueden analizar el entorno en que viven y no entienden de los fenómenos macro o microeconómicos que los afectan -no porque sean poco inteligentes sino porque no tienen preparación, ignoran muchas cosas y no cuentan con las herramientas necesarias para subsistir en un mundo tan complejo y competitivo como el de hoy- mientras que los agricultores de Europa o USA son, generalmente, de nivel universitario, utilizan a diario las computadoras, están conectados a la bolsa, etc.. Son dos extremos opuestos de un mismo mundo. Es una triste realidad que tendremos que solucionar con educación, concienciación, con el apoyo de nuestros Estados y gobiernos. Lamentablemente, la clase política criolla solo piensa en sus intereses y en los benditos partidos de las partidocracias y, también, necesitan orientación. Lo que falta a América Latina es evolución social pues nuestros pueblos son relativamente nuevos. América Latina tiene los talentos pero le falta madurez. Si los gobiernos se dedicaran a lograr las transformaciones sociales que se requieren, el proceso de nivelación sería muy corto. Por otro lado, aún cuando la "burrocracia gubernamental" obstaculice, no es aconsejable la desvinculación pues vivimos en países constituidos y tenemos que aprender a actuar como equipos y no como enemigos entre nosotros mismos. Hay que encontrar los mecanismos para erradicar o mejorar la eficiencia estatal para que las alianzas público - privadas sean sólidas y sostenibles.

30) Adicionalmente, no se puede seguir ad infinitum en la cómoda actitud de seguir echándole la culpa en terceros.

Hay que poner las cosas en su justa dimensión y estar claros que los países ricos y desarrollados son -en parte- responsables de muchos de los desequilibrios y distorsiones actuales y que son lobos disfrazados de corderos. Sin embargo, América Latina no puede darse el lujo de quedarse en la lamentación y en la inacción. Hay que “agarrar el toro por los cachos” y arremeter contra él, o sea, enfrentar los problemas hasta darles solución. Por otro lado, en todos los foros en que sea posible, hay que tener el valor de aclarar, cuando sea menester, la verdadera realidad de nuestros pueblos. Incluso, hay que enfrentar la hipocresía de los del norte siempre que quieran dárselas de “niños buenos” y echar lastre sobre nuestros pueblos.