06 enero 2021
El COVID 19 en Panamá, Parte 2: manejo de la epidemia
02 enero 2021
El COVID 19 en Panamá, Parte 1: implicaciones sociales y económicas y recomendaciones
Según la Organización Mundial
de la Salud (OMS), una pandemia es la "propagación
mundial de una nueva enfermedad". En la historia de la humanidad han
ocurrido unas 20 terribles pandemias que han causado la muerte de millones de
personas, como la de la "Peste Negra" o "Peste
Bubónica", causada por la bacteria Yersinia pestis (durante la
Edad Media, entre 1347 y 1351), que -se ha estimado- causó alrededor de 200
millones de muertes en el mundo conocido entonces. Entre 1885 y 1920
ocurrió un segundo brote de la enfermedad que mató unos 12
millones de personas. Sin embargo, la mayoría de las pandemias son de
origen gripal y ocurren cuando un nuevo virus gripal, contra el que no
hay inmunidad en la mayoría de las personas, se disemina por el
mundo. En general, las pandemias gripales que han ocurrido se
originaron de virus que infectan animales.
El 11 de marzo de 2020, la
OMS declaró formalmente como pandémica la propagación de un nuevo virus
gripal. En Panamá, la epidemia del nuevo coronavirus tipo
2, causante de la enfermedad conocida mundialmente con el nombre de COVID
19 (acrónimo de Corona Virus Disease 2019) o SARS-CoV-2 (Severe Acute Respiratory
Syndrome), ha traído a
Panamá luto, dolor y una catástrofe económica a nivel personal, familiar,
empresarial y nacional. En los últimos días su manejo ha representado una
afrenta internacional para los sistemas sanitarios y de seguridad del país
que, a partir de la segunda o tercera semanas del mes de noviembre de 2020, no
han sido capaces de contener la tasa diaria de infección y muertes causadas por
el virus, que se incrementa, preocupantemente, día a día. Mientras que
durante octubre de 2020 la tasa de nuevos infectados se mantuvo controlada, en
menos de 800 casos nuevos por día, a partir de mediados de noviembre empezó a
subir sin control hasta más de 4 mil, entre el 29 y el 31 de diciembre de
2020. Por otro lado, la capacidad de atención hospitalaria está al borde
del colapso y el personal de salud está altamente desgastado. El gobierno
nacional ha contratado a 220 profesionales cubanos de la salud, como apoyo, lo
que ha causado la inmediata protesta de los gremios de profesionales de la
salud en el país.
¿Qué ocurrió entre mediados de
noviembre y el 31 de diciembre de 2020, en escaso mes y medio, que dio al
traste con la contención efectiva del COVID 19 que se había logrado hasta
octubre del recién pasado año? Ocurrió una conjunción de factores:
por un lado, la apertura total de la economía (que se dio escalonadamente) sin
una supervisión estricta de las disposiciones contenidas en las llamadas normas
de bioseguridad decretadas por las Autoridades Nacionales de Salud y
dejando muchas dudas sobre la certeza de imposición efectiva de estas
disposiciones y de las sanciones correspondientes a los infractores de las
mismas (ciudadanos, transportistas privados y estatales, comerciantes y
demás). Las Autoridades confiaron ciegamente en la toma de
conciencia de la ciudadanía en general (debido a la información masiva
que desplegaron a través de los medios) y dieron por sentado que la población
cooperaría en todo. No se consideró la idiosincrasia liberal ni
la marcada indisciplina e irresponsabilidad de ciertos grupos de panameños (de
distintos niveles sociales) y mucho menos su actitud de irreverencia y
desprecio al orden establecido, como se ha denunciado en diversos medios de
comunicación masiva y en las redes sociales que han mostrado a ciudadanos
congregados en multitudinarias fiestas clandestinas y otras actividades prohibidas,
sin ninguna protección ni distanciamiento. Tampoco se consideró que un
gran sector de la población económicamente activa (cerca del 44 %, según datos
de la Contraloría General de la República) vive de la economía informal y
que hará lo que esté a su alcance para resolver el día a día
de su familia. Tristemente, Panamá es el quinto país más desigual
de América Latina y la inequidad campea por todos los rincones, por
nuestras calles y avenidas. Duele señalarlo, como panameño, con la
esperanza de que el candidato de algún partido político o algún
político independiente adopte esta ignominiosa estadística como tema
principal de campaña en las próximas elecciones presidenciales, para revertir o
minimizar esta triste y vergonzosa realidad. Por todas estas razones, la
implementación y vigilancia del cumplimiento de las normas de bioseguridad
resultaron en un gran fracaso y en el incremento exponencial de la tasa diaria
de infección que se observó en los tres últimos días del pasado año.
Otro de los factores que contribuyeron
a este incremento exponencial de la tasa de infecciones entre noviembre y
diciembre de 2020 fue la ausencia de una verdadera coordinación y colaboración
entre las Autoridades Sanitarias y las encargadas de hacer cumplir las
leyes. Cada una se mantuvo en su burbuja, en su zona de confort, con poca
interacción entre ambas. De haberse dado una verdadera coordinación y
colaboración, otra sería la historia.
Hay otros factores de menos peso que
también incidieron en la desastrosa situación sanitaria actual pero, para no
alargar el tema, en este escrito se considera prioritario el abordaje de las
decisiones que el Gobierno Nacional tendrá que tomar, en el futuro inmediato,
específicamente en relación con el manejo de la epidemia y la ya maltrecha
economía del país, que está al borde de una crisis nunca antes experimentada
y que, si ocurre, tendrá implicaciones catastróficas e impredecibles para el
futuro del país. Se trata de las medidas de cuarentena total decretadas
recientemente y de la posibilidad de cerrar, nuevamente, gran parte de las
actividades comerciales con la intención de contener al COVID 19. De
la decisión que tome el gobierno dependerá el futuro de Panamá.
Al respecto, mi opinión, como ciudadano
de este país, es la siguiente:
1.- Continuar con la
prohibición total de las fiestas en donde, usualmente, hay un alto consumo
de bebidas alcohólicas y, en consecuencia, la posible pérdida del autocontrol de
algunas personas. Además, por la
imposibilidad de asignar un Agente del Orden Público en cada una.
2.- No cerrar el comercio en
general (centros comerciales, restaurantes, hoteles, almacenes y
otros) pero diseñar e implementar mecanismos efectivos de supervisión, con
la colaboración entre las Autoridades Nacionales responsables y los
empresarios, para hacer cumplir estrictamente las normas de bioseguridad y
otras disposiciones decretadas por las Autoridades Sanitarias. De este
modo se protegerán miles de puestos de trabajo, contribuyendo a evitar el
colapso económico del país.
3.- Permitir la reactivación
total del Sector de la Construcción, diseñando e implementado mecanismos
efectivos de supervisión, adecuados al sector, con la colaboración entre las
Autoridades Nacionales responsables y los empresarios de este gremio, para hacer
cumplir estrictamente las normas de bioseguridad y otras disposiciones
decretadas por las Autoridades Sanitarias. Miles de trabajadores se
beneficiarán con esta medida, contribuyendo también a evitar el colapso
económico del país.
4.- Estudiar e implementar estrategias
y mecanismos efectivos para poder regular, autorizar y supervisar la
reactivación de la economía informal (buhonería) para que miles de
ciudadanos puedan llevar dignamente el sustento diario a sus hogares y
asegurando el cumplimiento estricto de las normas de bioseguridad y otras
disposiciones vigentes emitidas por las Autoridades de Salud.
5.- Regular estrictamente los sistemas
de transporte público, tanto estatales (buses, ferrocarril y metro) como
privados, supervisando permanentemente la implementación de las medidas de
bioseguridad conocidas, incluyendo el aforo reglamentario, con aplicación de
las respectivas sanciones contempladas por la ley.
6.- Aplicar estrictamente las
sanciones indicadas en la ley para aquellos empresarios, microempresarios y sus
trabajadores que no cumplan con las normas de bioseguridad y otras
disposiciones de las Autoridades Sanitarias, de todos conocidas, incluyendo el
cierre de operaciones, si lo amerita.
7.- Igualmente, aplicar estrictamente
las sanciones contempladas en la ley a aquellos ciudadanos, en general, que no
cumplan con las normas de bioseguridad y otras disposiciones de las Autoridades
Sanitarias (ciudadanos que acuden a los comercios, sitios de construcción y
puestos de buhonería, entre otros).
09 marzo 2014
La Crisis del Pueblo Venezolano
07 marzo 2014
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN PANAMÁ
Dado que la seguridad alimentaria de un país es multifactorial (no depende únicamente de la producción de alimentos), requiere de un enfoque holístico que integre sistemáticamente las acciones de todos o la mayoría de los actores que la influencian. El sector agropecuario (oficial y privado), por sí solo, no puede cargar sobre sus hombros esta enorme responsabilidad, que lo rebasa, pues se expone al fracaso. Hay que crear los mecanismos de articulación necesarios para canalizar los esfuerzos de todos los actores en el marco de un plan preconcebido, a corto, mediano y largo plazos, para poder avanzar con pasos firmes y con mayor eficacia hacia el logro de metas realmente viables, que se propongan conjuntamente, para el mejoramiento significativo y por etapas de la seguridad alimentaria nacional.
10 febrero 2014
Reflexiones sobre el artículo "El Canal de Panamá: la religión que une a todos los panameños"
¿Cómo terminará este enfrentamiento? Detrás de SACYR/Valle Hermoso está la “Marca España” que representa el prestigio de todas las empresas y consorcios españoles en todo el planeta. El gobierno español, simplemente, no puede arriesgar su prestigio mundial (que tantos años y dinero le costó establecer), dado que la ampliación de Canal Interoceánico de Panamá es un proyecto de mucho interés e impacto económico mundial. Si SACYR no cumple, la “Marca España” quedará desprestigiada mundialmente y todas las empresas españolas quedarán en la “lista negra”, perdiendo millones de oportunidades de negocios. Es mucho lo que España tiene que perder, en un momento en que la economía de este país está atravesando por una de las peores crisis económicas de su historia moderna. El gobierno español no puede permitir que esto suceda…Sería un suicidio económico.
Como se sabe, el gobierno español ayudó económicamente SACYR/Valle Hermoso, para que pudiera participar en la licitación internacional para la ampliación del canal de Panamá (craso error dado que la empresa ya tenía un muy mal expediente). Si ahora decide no ayudarlos, SACYR se hundirá por siempre y arrastrará a España, causándole gran perjuicio…Creo que el gobierno español esperará hasta el último momento para ver si Panamá cede (cosa que NO sucederá pues la razón está de nuestro lado). Cuando se vea que hay firmeza en la postura panameña, antes que Panamá tome una decisión irrevocable (que se termine la relación contractual con SACYR y se culmine la obra con otras empresas que están a la expectativa y deseosas de participar en esta obra de impacto mundial), España aportará a SACYR los fondos que necesita para culminar la obra con la calidad requerida y, así, salvaguardar la “Marca España”. Pase lo que pase, Panamá no puede perder y saldrá adelante, con la frente en alto, culminando con éxito la ampliación de la vía interoceánica…