16 diciembre 2013

Comentarios y reflexiones sobre el artículo “Servilismo: gabinete ministerial de fanáticos”


A leer este artículo, escrito por el educador e historiador Paulino Romero (diario La Prensa, viernes 13 de diciembre de 2013), me sentí obligado, como panameño amante de la verdad y la objetividad, a escribir los comentarios y reflexiones que presento a continuación, basado en el derecho a opinar que me asiste como panameño y en las vivencias personales del período de la historia nacional comprendido entre octubre de 1968 (a casi dos años de graduarme de la escuela secundaria en el Instituto Nacional de Panamá) y diciembre de 1989 (cuando cayó la dictadura militar que asoló el país por 21 trágicos años.  También se basa en mis experiencias a lo largo del período bipartidista post dictadura, entre finales de 1989 (inicio de la gestión de Guillermo Endara) y julio de 2009 (fin de la gestión de Martín Torrijos).

El procedimiento utilizado es comentar separadamente cada párrafo del artículo del Sr. Romero, para mayor claridad.  Lo hago con la mayor objetividad y respeto posibles, con el único objetivo de dar a conocer mi posición como ciudadano panameño independiente, que no pertenece y nunca ha pertenecido a algún partido político.

Párrafo 1 del artículo del Sr. Romero:

Cuando observamos el comportamiento del actual “Gabinete” del Órgano Ejecutivo, no escapa la duda de la integridad de la persona.  Se asoma, sin mayor esfuerzo, el reconocimiento del servilismo, la falta de fe en la persona virtuosa.  Ya lo decía con mucha propiedad José Ingenieros: “Nada hay más extraño a la fe que el fanatismo de los siervos.  La fe es de visionarios y el fanatismo es de siervos.  La fe es llama que enciende y el fanatismo es ceniza que apaga.  La fe es una dignidad y el fanatismo un renunciamiento.  La fe es una afirmación individual de alguna verdad propia y el fanatismo es una conjura de huestes para ahogar la verdad de los demás”.

Respuesta al párrafo 1:

Al leer este párrafo sentía que el Sr. Romero se refería a los tiempos de la dictadura militar, ante la que muchos genuflexos se arrodillaron e inclinaron la cabeza…para obtener sus favores, unos por miedo, otros por intereses personales.  Me remonté a aquella época y, que yo recuerde, en toda la historia republicana, no hay mejor ejemplo de servilismo, corrupción, persecución política, crímenes y justificación de lo injustificable, que la triste y fatal época militar.

Párrafo 2 del artículo del Sr. Romero:

En un grupo ejecutivo, generalmente hay vanidosos sin magia, vanidosos vacíos, para abundar en redundancias.  Vanidosos sin más arte que la de ponerse ante un espejo y aderezarse la corbata o mirar bobamente a los ojos de una adolescente.  Pero hay vanidosos más dotados, que en vez de un espejo o de unos ojos, buscan la masa popular y se disfrazan con trajes de payaso y actúan con oportunidad para mantener atada la atención pública.

Respuesta al párrafo 2:

Justamente, en tiempos de la dictadura militar de 21 años y los gobiernos del posterior bipartidismo, eran frecuentes esos ejemplos.  Los jóvenes panameños de esa época, hoy en la tercera edad, pueden atestiguarlo con nombres y apellidos…  ¡Tapar el sol con las manos es imposible!  Ya no se puede engañar al pueblo panameño ni disfrazar los hechos históricos con interpretaciones maliciosas y/o faltas de fundamento, de verdad y de vergüenza.  Todos los panameños de edad madura saben quiénes eran los maestros de la fachada populista y las malas decisiones que se tomaron -y que aún estamos pagando- en aras de ese falso estandarte que esgrimieron y que tanto daño causó a la sociedad panameña…

Párrafo 3 del artículo del Sr. Romero:

Mario Vargas Llosa ha publicado un interesante libro titulado “La civilización del espectáculo”, en cuyo contenido encontramos muchas respuestas al comportamiento del Gabinete ministerial del actual “régimen autocrático” (2009-2014) en Panamá. Para los miembros del citado Gabinete lo primero que se necesita es demostrar la grandeza del caudillo (el Jefe, el amo), del hombre afortunado.  La naturaleza corporal y espiritual del elegido da alguna materia para la exégesis, pero no es lo bastante.  (Hay que acudir entonces a la pseudosociología, que tan dócil se muestra en estos casos, y ella alumbra los vacíos sociales que el “Jefe” está llamado a remediar).

Respuesta al párrafo 3:

Sinceramente, considero un atrevimiento y un flagrante atropello a la verdad, afirmar que el actual mandatario -que no llegó al poder por golpe de Estado a un gobierno legítimamente establecido, como otros, pero si por el poder de los votos del pueblo- es el líder de un gobierno autócrata.  ¿En qué país vivió usted durante los años transcurridos entre 1968 y 1989?  Por si lo ha olvidado, esos son los verdaderos años de la autocracia en nuestra querida Panamá, atendiendo a la etimología de la palabra.  En esos desgarradores años si que había un culto a la personalidad de los jefes militares y los presidentes títeres de la época.  La naturaleza corporal y espiritual de “los hombres fuertes” del régimen dictatorial militar, de sus presidentes de a dedo, y de algunos de los "mandamases" de los gobiernos del bipartidismo que lo siguió, es la única y verdadera interpretación de gobiernos (¿o desgobiernos?) autócratas que cabe en nuestra historia patria...

Párrafo 4 del artículo del Sr. Romero:

Y los serviles, timoratos, híbridos, insípidos en su vida individual devienen ahora valientes, decididos, agresivos.  Y empiezan… a acusar a los otros, a señalarlos, a perseguirlos. ¡Hay que ver la ola de coraje que los arrastra, con la frente alta y el semblante lleno de felicidad!  ¡El Hombre, nuestro Hombre!  ¡El país entero para él!  ¡Nuestras vidas, nuestras mujeres, nuestras haciendas: todo para él!  ¡La patria es él!  Y nadie repara ya entonces en la brutal apostasía de la tesis, en la prostitución del concepto de patria que entraña este endiosamiento de uno, a cuyo servicio se ponen el Estado y la nación y los sagrados intereses del pueblo dividido en familias reales, de necesidades actuales impostergables.

Respuesta al párrafo 4:

Me parece, nuevamente, que se está reflejando lo que se vivió en este país en tiempos de la dictadura militar y de algunos gobiernos del bipartidismo posterior a esta.  Repito: ya no es posible engañar al pueblo panameño, Sr. Romero.  Todos esos epítetos despectivos que usted utiliza son aplicables, principalmente, a los amanuenses que apoyaron la dictadura castrense que arrasó Panamá y a ciertos gobiernos del bipartidismo, que lamentablemente, aún cuentan con unos pocos fieles y fanáticos que si viven en real apostasía… No sé cómo usted llama prostitución del concepto de patria por el actual gobierno a una gestión gubernamental que ha implementado tantos proyectos y obras de verdadero impacto social que sería largo enumerar en este espacio y en los que la dictadura y el bipartidismo ni siquiera pensaron pues, en realidad, no les importaba, ni importa, el pueblo panameño.  Para mencionar algunos: la Ampliación del Canal de Panamá, la Modernización del Transporte Público (con la implementación del Metro Bus y la construcción del Metro de Panamá), la Modernización de la Red Vial, 100 para los 70 (que en enero 2014 será incrementado a B/.120.00), El Ángel Guardián, la Beca Universal, el Programa de Entrega de Uniformes y Útiles Escolares, la reciente devolución de las partidas del 13r mes (tomadas autocráticamente por la dictadura a los empleados públicos), el Programa de Computadoras e Internet Gratuitos para los estudiantes de las escuelas, la Indemnización a los Afectados por el Jarabe Asesino con dietilenglicol durante el anterior gobierno del PRD, los nuevos y modernos hospitales construidos en toda la geografía nacional, las salas de hemodiálisis para hospitales del interior del país (para que los enfermos no tengan que desplazarse hasta la capital), la contratación de médicos especialistas extranjeros para suplir la carencia nacional existente y prestar servicios en el interior del país, y un largo etcétera.  Por la implementación de estos programas el Presidente Ricardo Martinelli fue condecorado, en 2012, con la Sagrada Orden Militar de San Jorge (por los Representantes de la Iglesia Católica del Reino Unido).  Eso sin mencionar la gran cantidad de leyes de impacto social que este gobierno ha logrado.  ¿Puede todo esto ser considerado, como usted señala con ligereza, prostitución del concepto de patria?  Por supuesto que NO… ¿Cuál es el verdadero concepto de Patria?  ¿Una patria boba que viva en el atraso, el desempleo, la pobreza galopante, la corrupción, la falta de calidad de vida, así como de las esperanzas de falsas promesas quinquenales de los políticos tradicionales?  Al final es el pueblo, que recibe todos estos beneficios que nunca antes recibió (y a los cuales tiene pleno derecho), así como la Historia, los que tendrán que juzgar la actual gestión gubernamental.

Párrafo 5 del artículo del Sr. Romero:

Pero no hay lucha fructuosa contra esta avalancha.  El decoro privado, el pudor natural en las personalidades numerosas les impide aspirar a los manejos de la cosa pública, y se ven obligados (por desidia, por desprecio, por asco y también por incapacidad del individuo contra la masa) se ven obligados a encerrarse en sí mismos y abandonar la calle pública a los gruesos y estruendosos manifestantes de la nueva fe.

Respuesta al párrafo 5:

Los panameños que si aman este país de corazón son conscientes que -con todo y los errores y fallas que se hayan cometido y que son propias del ser humano (el propio Ricardo Martinelli ha sido el único Presidente en reconocerlo con humildad y en tratar de corregir el rumbo las veces que ha sido necesario)- este ha sido el gobierno que más beneficios, de todo tipo, ha otorgado al pueblo panameño, en los últimos 4 ó 5 decenios.  Solo hay que analizar, con mente fría y objetiva, las estadísticas.  Lo que sucedió por años fue que la mente y la conciencia de muchos panameños eran manipuladas por los medios privados de comunicación masiva más poderosos y muchas de las grandes empresas.  Querían seguir operando y pelechando, a costillas del pueblo, en un país sin Dios ni Ley, en el que ellos hacían lo que les venía en gana, apoyados por los dictadores y el bipartidismo (como no pagar los debidos impuestos y los salarios mínimos a sus empleados, entre muchas otras atrocidades).  Entre sus gastos estaban las "coimas" (que veían como inversión y no como una forma de corrupción) para pagar los favores de muchos “servidores públicos”, “periodistas” y “comunicadores sociales” de pacotilla y sin dignidad, que vendían y venden sus conciencias por dinero (este modus operandi continúa pues la ambición de estos seres no tiene límites).  Por eso, en parte, Panamá no avanzaba pues no había suficiente recaudación de impuestos, ya que el país era considerado como la finca privada de unos cuantos y los panameños de a pie NO PODÍAN TENER ASPIRACIONES (incluyendo una buena educación, calidad de vida decorosa y un desarrollo humano sostenible).  Estos mal llamados panameños y sus conocidos adláteres tratan a diario de desprestigiar al gobierno actual utilizando el enorme recurso de sus medios (de comunicación, empresariales, etc.), su dinero y su perniciosa influencia sobre muchos panameños que sucumben a su poder…  Por eso odian la gestión gubernamental actual, en particular al Presidente Martinelli, que se atrevió a enfrentarlos y a pelear por los derechos y el bienestar del pueblo panameño, que siempre fueron ignorados o pisoteados por ellos.  Por eso temían la posibilidad de reelección inmediata del Presidente Martinelli y por eso, también, temen la enorme posibilidad de reelección del partido oficialista, en la persona de José Domingo Arias, rompiendo con el paradigma de la mal interpretada alternabilidad del poder político, que tanto daño causó a Panamá durante el bipartidismo y que vino a ser equilibrada por la tercera fuerza que representa el partido en el poder, Cambio Democrático...

Párrafo 6 del artículo del Sr. Romero:

En realidad, el periodo trágico del servilismo en Panamá está inaugurado desde julio de 2009.  Pero vale decir que todo servilismo es una traición organizada.  Primero traición para consigo mismo al prosternase ante otro en una cobarde renunciación a los fueros de la dignidad personal. Luego, la traición a la sociedad actual, sometiéndola al capricho de un individuo en pleno éxtasis de divinidad.  Más adelante, traición a la nación conjugando ese pasado lleno de dolor y de gloria en la plebeya apoteosis de un hombre.  Todavía después traición al Estado sometiendo sus leyes básicas a una sola voluntad prepotente.  Luego, traición al Jefe a sus amigos y “elevadores”.  Y por último, traición a su mismo Jefe cuando los serviles se descubren a su vez traicionados, es decir, envilecidos.

Respuesta al párrafo 6:

Es extraño que se catalogue a la gestión del Presidente Martinelli como la del servilismo.  Incluso, suena ridículo y da risa.  Sucede que todos esos epítetos despectivos describen a la perfección a los fanáticos y seguidores de la dictadura militar y de algunos miembros de la tradicional clase social dominante de Panamá (la mal llamada Sociedad Civil), que todos los panameños conocen.  Muchos se arrastraron, y aún se arrastran ante ellos, como vulgares reptiles.  Incluso, algunos lo disfrutan y lo encuentran muy “natural”.  El gobierno actual no es el gobierno del servilismo, es el del cambio verdadero -y ojalá que sostenible en el tiempo- hacia un país cuyos gobiernos, sincera y verdaderamente, se solidaricen con las necesidades y expectativas más apremiantes del pueblo y las resuelvan de verdad, no en teoría o a través de discursos y promesas vacías cada cinco años.  Ese es el gran mérito de este gobierno y -le disguste a quién le disguste- el secreto de su éxito… El Sr. Ricardo Martinelli les ha dado una cátedra política que aún no entienden ni entenderán, cegados como están por sus ansias de poder para descargar y desenfrenar su habitual y conocida rapacidad sobre las arcas y bienes del Estado, que es a lo que están acostumbrados y en lo que son expertos.  La forma de hacer política en este país cambió para siempre.  Martinelli y su equipo de trabajo desenmascararon a los políticos tradicionales, así como a la porción de la clase dominante (corrupta y corruptora) y, al mismo tiempo, quitaron la negra venda de los ojos del pueblo panameño… Es triste que algunos no quieran reconocer los grandes logros y méritos de este gobierno e insistan, inútilmente, en enlodar su gestión.  Y, aún así, dicen que aman este país…

Párrafo 7 del artículo del Sr. Romero:

Pero es que un río que nace en tierras tan bajas no tiene oportunidad de depurarse y degenera fatalmente en charco. Y no hay espectáculo más repugnante a los ojos de las conciencias honestas que esas reuniones de palacio, cuando se congregan en amistosa tertulia chocando copas de champaña una veintena de chacales que se juran amistad mientras cada uno de ellos, estudia la oportunidad de aniquilar a los demás.  Esta etapa es la verdadera, la legítima florescencia del servilismo; es su natural fructificación.  ¡De una compactación de incapaces, de cobardes, de invertidos no se puede esperar nunca otra cosa que traiciones, rencores, odios y crímenes!

Respuesta al párrafo 7:                             

¿Se refiere a la oposición política, especialmente al otrora brazo político de la dictadura castrense?  Eso, precisamente, fue lo que sucedió a la dictadura y al bipartidismo, ¿no lo ve?  Degeneró en un charco de desprestigio y falta de verdadero patriotismo.  Los dictadores asesinaron a miles de panameños humildes (estudiantes como Floyd Britton e, incluso, a dos sacerdotes católicos), mancillaron y humillaron constantemente la sociedad panameña (¿recuerda el tristemente célebre “viernes negro”, o la paliza que los serviles del régimen militar propinaron cobardemente a Guillermo Endara y Billy Ford mientras protestaban por el descarado  fraude electoral de 1989 o, acaso, el asesinato del Dr. Hugo Spadafora?), propiciaron la invasión de los Estados Unidos al declarar demente y estúpidamente la guerra a esta nación, entre muchas tragedias más que tomaría miles de páginas documentar.  Increíblemente, todavía hay panameños que añoran esos tiempos y atesoran esos recuerdos como las vivencias más preciadas de sus vidas.  Todavía no han cambiado de ideología, ni cambiarán, y por eso -justamente por eso- el pueblo los rechaza abiertamente y lo demostrará en las urnas, abrumadoramente, en mayo de 2014… ¿Apostamos?...