06 enero 2021

El COVID 19 en Panamá, Parte 2: manejo de la epidemia

Continúa incontenible el COVID 19 en Panamá, con los más de cinco mil nuevos infectados de hoy. Para la contención de la expansión del virus del COVID 19 en Panamá, NO BASTA SOLAMENTE, por Dios, conque las Autoridades Nacionales hayan informado y sigan informando detalladamente las medidas de bioseguridad a la ciudadanía, ni estén buscando fiestas u otras actividades prohibidas por la presencia de la epidemia para suspenderlas. Hay que hacer esto y mucho más, SE TIENE QUE CAMBIAR EL CHIP y actuar proactivamente, no solo correctivamente, no solo a la expectativa, no solo a la espera de sorprender infractores para multarlos y ya. Hay que comenzar a aplicar estricta y eficazmente las disposiciones emitidas por las Autoridades Nacionales y las sanciones correspondientes, como se hizo hoy en Colón, aunque la sanción fue solo pecuniaria y muy baja, de solo B/. 200.00 por persona, cuando debería ser de, por lo menos, B/. 500.00, una sanción escrita a su expediente y, por qué no, prisión por 2 0 3 días o más, también con mención en el expediente y penas aún más severas por reincidencia.

Pareciera que hay grupos de ciudadanos con actitudes barbáricas e irresponsables que están poniendo en peligro no solo su salud y sus vidas (es increíble) si no la de sus familiares, compañeros de trabajo y la de todos los ciudadanos, a nivel nacional. Tiene que darse una verdadera acción conjunta entre las Autoridades Sanitarias y de la seguridad civil para realizar una supervisión y seguimiento cercanos las 24 horas, en todo el país, incluyendo el comercio en general, el transporte público y privado (entre otras actividades), las calles y las avenidas. Por ejemplo, es inconcebible que haya enormes filas en supermercados, almacenes, bancos, y otros comercios y no se esté vigilando y asegurando el distanciamiento adecuado (esta responsabilidad tiene que ser asumida por los comercios, bancos y demás actores, bajo la supervisión y acción gubernamental (incluyendo multas a los comerciantes que no cumplan), para poder evitar el colapso sanitario y económico del país. Las acciones de las Autoridades Nacionales tienen que ser totalmente coordinadas y se debe erradicar esa actitud de yo en mi esquina y tu en la tuya.

Si el gobierno realiza estas acciones, seguro que se va a recuperar el nivel de contención de la enfermedad que se tenía antes de noviembre de 2020. ¿No es eso lo que se desea? ¡¡¡Todavía faltan, al menos, dos largos meses para la vacunación masiva de la población general!!! ¡¡¡Entonces, no hay que perder más tiempo!!!

02 enero 2021

El COVID 19 en Panamá, Parte 1: implicaciones sociales y económicas y recomendaciones

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una pandemia es la "propagación mundial de una nueva enfermedad".  En la historia de la humanidad han ocurrido unas 20 terribles pandemias que han causado la muerte de millones de personas, como la de la "Peste Negra" o "Peste Bubónica", causada por la bacteria Yersinia pestis (durante la Edad Media, entre 1347 y 1351), que -se ha estimado- causó alrededor de 200 millones de muertes en el mundo conocido entonces.  Entre 1885 y 1920 ocurrió un segundo brote de la enfermedad que mató unos 12 millones de personas.  Sin embargo, la mayoría de las pandemias son de origen gripal y ocurren cuando un nuevo virus gripal, contra el que no hay inmunidad en la mayoría de las personas, se disemina por el mundo.  En general, las pandemias gripales que han ocurrido se originaron de virus que infectan animales.

El 11 de marzo de 2020, la OMS declaró formalmente como pandémica la propagación de un nuevo virus gripal.  En Panamá, la epidemia del nuevo coronavirus tipo 2, causante de la enfermedad conocida mundialmente con el nombre de COVID 19 (acrónimo de Corona Virus Disease 2019) o SARS-CoV-(Severe Acute Respiratory Syndrome), ha traído a Panamá luto, dolor y una catástrofe económica a nivel personal, familiar, empresarial y nacional.  En los últimos días su manejo ha representado una afrenta internacional para los sistemas sanitarios y de seguridad del país que, a partir de la segunda o tercera semanas del mes de noviembre de 2020, no han sido capaces de contener la tasa diaria de infección y muertes causadas por el virus, que se incrementa, preocupantemente, día a día.  Mientras que durante octubre de 2020 la tasa de nuevos infectados se mantuvo controlada, en menos de 800 casos nuevos por día, a partir de mediados de noviembre empezó a subir sin control hasta más de 4 mil, entre el 29 y el 31 de diciembre de 2020.  Por otro lado, la capacidad de atención hospitalaria está al borde del colapso y el personal de salud está altamente desgastado.  El gobierno nacional ha contratado a 220 profesionales cubanos de la salud, como apoyo, lo que ha causado la inmediata protesta de los gremios de profesionales de la salud en el país.

¿Qué ocurrió entre mediados de noviembre y el 31 de diciembre de 2020, en escaso mes y medio, que dio al traste con la contención efectiva del COVID 19 que se había logrado hasta octubre del recién pasado año?  Ocurrió una conjunción de factores: por un lado, la apertura total de la economía (que se dio escalonadamente) sin una supervisión estricta de las disposiciones contenidas en las llamadas normas de bioseguridad decretadas por las Autoridades Nacionales de Salud y dejando muchas dudas sobre la certeza de imposición efectiva de estas disposiciones y de las sanciones correspondientes a los infractores de las mismas (ciudadanos, transportistas privados y estatales, comerciantes y demás).  Las Autoridades confiaron ciegamente en la toma de conciencia de la ciudadanía en general (debido a la información masiva que desplegaron a través de los medios) y dieron por sentado que la población cooperaría en todo.  No se consideró la idiosincrasia liberal ni la marcada indisciplina e irresponsabilidad de ciertos grupos de panameños (de distintos niveles sociales) y mucho menos su actitud de irreverencia y desprecio al orden establecido, como se ha denunciado en diversos medios de comunicación masiva y en las redes sociales que han mostrado a ciudadanos congregados en multitudinarias fiestas clandestinas y otras actividades prohibidas, sin ninguna protección ni distanciamiento.  Tampoco se consideró que un gran sector de la población económicamente activa (cerca del 44 %, según datos de la Contraloría General de la República) vive de la economía informal y que hará lo que esté a su alcance para resolver el día a día de su familia.  Tristemente, Panamá es el quinto país más desigual de América Latina y la inequidad campea por todos los rincones, por nuestras calles y avenidas.  Duele señalarlo, como panameño, con la esperanza de que el candidato de algún partido político o algún político independiente adopte esta ignominiosa estadística como tema principal de campaña en las próximas elecciones presidenciales, para revertir o minimizar esta triste y vergonzosa realidad.  Por todas estas razones, la implementación y vigilancia del cumplimiento de las normas de bioseguridad resultaron en un gran fracaso y en el incremento exponencial de la tasa diaria de infección que se observó en los tres últimos días del pasado año.

Otro de los factores que contribuyeron a este incremento exponencial de la tasa de infecciones entre noviembre y diciembre de 2020 fue la ausencia de una verdadera coordinación y colaboración entre las Autoridades Sanitarias y las encargadas de hacer cumplir las leyes.  Cada una se mantuvo en su burbuja, en su zona de confort, con poca interacción entre ambas.  De haberse dado una verdadera coordinación y colaboración, otra sería la historia.

Hay otros factores de menos peso que también incidieron en la desastrosa situación sanitaria actual pero, para no alargar el tema, en este escrito se considera prioritario el abordaje de las decisiones que el Gobierno Nacional tendrá que tomar, en el futuro inmediato, específicamente en relación con el manejo de la epidemia y la ya maltrecha economía del país, que está al borde de una crisis nunca antes experimentada y que, si ocurre, tendrá implicaciones catastróficas e impredecibles para el futuro del país.  Se trata de las medidas de cuarentena total decretadas recientemente y de la posibilidad de cerrar, nuevamente, gran parte de las actividades comerciales con la intención de contener al COVID 19.  De la decisión que tome el gobierno dependerá el futuro de Panamá.

Al respecto, mi opinión, como ciudadano de este país, es la siguiente:

1.- Continuar con la prohibición total de las fiestas en donde, usualmente, hay un alto consumo de bebidas alcohólicas y, en consecuencia, la posible pérdida del autocontrol de algunas personas.  Además, por la imposibilidad de asignar un Agente del Orden Público en cada una.

2.- No cerrar el comercio en general (centros comerciales, restaurantes, hoteles, almacenes y otros) pero diseñar e implementar mecanismos efectivos de supervisión, con la colaboración entre las Autoridades Nacionales responsables y los empresarios, para hacer cumplir estrictamente las normas de bioseguridad y otras disposiciones decretadas por las Autoridades Sanitarias.  De este modo se protegerán miles de puestos de trabajo, contribuyendo a evitar el colapso económico del país.

3.- Permitir la reactivación total del Sector de la Construcción, diseñando e implementado mecanismos efectivos de supervisión, adecuados al sector, con la colaboración entre las Autoridades Nacionales responsables y los empresarios de este gremio, para hacer cumplir estrictamente las normas de bioseguridad y otras disposiciones decretadas por las Autoridades Sanitarias.  Miles de trabajadores se beneficiarán con esta medida, contribuyendo también a evitar el colapso económico del país.

4.- Estudiar e implementar estrategias y mecanismos efectivos para poder regular, autorizar y supervisar la reactivación de la economía informal (buhonería) para que miles de ciudadanos puedan llevar dignamente el sustento diario a sus hogares y asegurando el cumplimiento estricto de las normas de bioseguridad y otras disposiciones vigentes emitidas por las Autoridades de Salud.

5.- Regular estrictamente los sistemas de transporte público, tanto estatales (buses, ferrocarril y metro) como privados, supervisando permanentemente la implementación de las medidas de bioseguridad conocidas, incluyendo el aforo reglamentario, con aplicación de las respectivas sanciones contempladas por la ley.

6.- Aplicar estrictamente las sanciones indicadas en la ley para aquellos empresarios, microempresarios y sus trabajadores que no cumplan con las normas de bioseguridad y otras disposiciones de las Autoridades Sanitarias, de todos conocidas, incluyendo el cierre de operaciones, si lo amerita.

7.- Igualmente, aplicar estrictamente las sanciones contempladas en la ley a aquellos ciudadanos, en general, que no cumplan con las normas de bioseguridad y otras disposiciones de las Autoridades Sanitarias (ciudadanos que acuden a los comercios, sitios de construcción y puestos de buhonería, entre otros).


09 marzo 2014

La Crisis del Pueblo Venezolano

Venezuela es un país extraordinario, desde todos los puntos de vista.  Es la patria del insigne Simón Bolívar, Libertador de América del Sur y gran visionario que soñaba con la unificación de Latinoamérica en un solo país.  Posee un extenso territorio, cuenta con enormes bellezas naturales (como el Salto del Ángel, ícono mundial del turismo y del salto de altura en traje de alas y en parapente), con una importante área selvática amazónica, con una rica orografía, con una extensa variabilidad climática para todo tipo de explotación agropecuaria, con enormes yacimientos de petróleo y de minerales de todo tipo, oro, plata, diamantes y uranio.  Si, uranio… Piense en algo y…Venezuela lo tiene.

En Venezuela la música folclórica es hermosa (la Gaita y el Joropo, entre otras) y, sobre todo, la gente es muy especial, alegre, buena y noble.  El pueblo venezolano es muy parecido en su idiosincrasia, al pueblo panameño.  Cuando Panamá padeció de la funesta dictadura militar de 21 años, el pueblo venezolano fue uno de los primeros en solidarizarse con el sufrimiento que atravesaba el pueblo panameño.  Y es que a Panamá y Venezuela las unen profundos lazos históricos, desde los tiempos del gran Simón Bolívar…

No es casual que Venezuela sea la cuna de mujeres hermosas (muchas de las cuales han sido reinas internacionales de belleza), así como de grandes deportistas en distintas disciplinas deportivas como el beisball, el boxeo y el hipismo, entre otras, siendo un país poseedor de un diverso “pool” genético que confiere a su pueblo mucho talento y vigor híbrido.

En otras palabras, Venezuela está llamada a ser una potencia mundial, dadas sus características generales y específicas.  Tiene casi de todo… Lo único que este hermano país, obviamente, no ha tenido en los últimos lustros, son buenos gobiernos.  No se justifica, bajo ningún concepto, bajo ninguna excusa, que un país tan inmensamente rico como Venezuela, esté en tan precaria situación política, económica y social.  El pueblo venezolano carece casi de todo, especialmente libertad, derechos humanos, abastecimientos básicos del diario vivir, seguridad civil, comida y calidad de vida.  ¿Puede negarse algo de esto?

Zozobra, represión, cárcel y muerte es lo que impera en toda Venezuela, en estos momentos.  La población venezolana, especialmente la juventud, está exponiendo su vida en las calles pelando por sus derechos civiles, por sus derechos humanos, por su derecho a la libertad, por su derecho a la calidad de vida, por Venezuela, denunciando abiertamente que en su país existe un gobierno dictatorial.  Solicitan, con gran vehemencia, el apoyo solidario del mundo, especialmente de América Latina.  Lamentablemente, este apoyo le fue negado por casi la totalidad de los países latinoamericanos, a excepción de Panamá, en la reciente reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).  Panamá solicitó la reunión para discutir la posibilidad de convocar a los cancilleres del continente para analizar la situación en Venezuela y, de paso, hacer un llamado de atención sobre la frágil situación que se vive en el hermano país, que podría terminar en un baño de sangre y/o una guerra civil, que después lamentaríamos todos.

Una gran mayoría de los países del Consejo Permanente lo consideraron prematuro, aunque parezca increíble, prefiriendo emitir una mera declaración política, aduciendo que el gobierno venezolano ya había iniciado el diálogo con sus opositores políticos.  En este resultado se nota la influencia de la llamada “diplomacia del petróleo” que desplegó ampliamente el desaparecido Hugo Chávez y ha continuado Nicolás Maduro.  Da vergüenza, da dolor, la falta de solidaridad con el pueblo venezolano, por unos barriles más…

Esta historia no termina aquí.  Hay que recordar que, desde hace unos tres lustros, las riquezas de Venezuela han sido su mayor desgracia.  Y Venezuela tiene uranio… Ya es de dominio público quienes están tras este valioso y estratégico metal para los programas nucleares (con fines armamentistas, supuestamente benéficos y desconocidos) y han tenido acercamientos con el gobierno venezolano.  Este hecho agrava la situación y arroja un ángulo tenebroso al asunto.  Esta coyuntura podría desatar incidentes de proporciones incalculables que se deben prevenir a tiempo.  ¿Qué ha sucedido con los países latinoamericanos que, conociendo las implicaciones que existen, han decidido jugar al avestruz?

La hermana Venezuela y el noble pueblo venezolano necesitan del apoyo latinoamericano y del resto del continente americano, incluyendo sus territorios insulares, para traer la paz a esta sufrida nación.  La única forma de lograrlo es concertando un diálogo serio entre las partes, que era todo lo que pretendía la solicitud de Panamá al Consejo Permanente de la OEA.

Ahora el Presidente Maduro exige una disculpa al Presidente Martinelli para restablecer las relaciones diplomáticas y comerciales que rompió con Panamá, por su supuesta intervención en los asuntos venezolanos, cosa que se sabe es absurda.  Por supuesto, también queda suspendido el pago de más de mil millones de Balboas (=mil millones de dólares estadounidenses) que se le adeudan a distintas empresas de la Zona Libre de Colón, en el Atlántico panameño.  Pero de nada tiene que disculparse el gobierno panameño o el Presidente Martinelli, que lo único que desea es apoyar al hermano pueblo venezolano.  Pero arriba hay un Dios, del que muchos solo se acuerdan cuando lo necesitan.  Miseria humana.

07 marzo 2014

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN PANAMÁ

Una Comisión del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Panamá (CINAP) está elaborando un escrito sobre la Seguridad Alimentaria como parte de una propuesta general a ser presentada a los candidatos a la Presidencia de la República en las próximas elecciones generales, a celebrarse en mayo del presente año.  Aquí se esbozan algunas consideraciones que jamás pretenden ser exhaustivas -pues es un tema muy abarcador y complejo- pero que, ojalá, puedan servir en la elaboración del documento final de este noble gremio.

1. DEFINICIÓN DE SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SOBERANÍA ALIMENTARIA

Durante la Conferencia Mundial de la Alimentación (1974), surgió la primera definición del término seguridad alimentaria como “la disponibilidad en todo momento de suficientes suministros mundiales de alimentos básicos”.  Esta conferencia se organizó en reacción a la crisis alimentaria mundial sufrida entre 1972 y 1974, por la disminución de la producción de alimentos y de las reservas mundiales, que hizo recordar a muchos las teorías demográficas del clérigo y economista inglés Thomas Malthus (Ensayo sobre el principio de la población, 1798) que predijo una escasez de alimentos a escala planetaria.

Para la Cumbre Mundial sobre la Alimentación organizada por la FAO (Roma, 1996), a escala individual, familiar, nacional, regional y mundial “Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana”.  En esta cumbre los Jefes de Estado y de Gobierno presentes o sus representantes, prometieron, en su Declaración de Roma sobre la seguridad alimentaria mundial, “conseguir la seguridad alimentaria para todos y a realizar un esfuerzo constante para erradicar el hambre de todos los países, con el objetivo inmediato de reducir el número de personas desnutridas a la mitad de su nivel actual no más tarde del año 2015”.  Entonces, hace unos 18 años, alrededor de 800 millones de personas alrededor del mundo, especialmente en los países en desarrollo, padecían de hambre y la promesa era reducir la cifra a 400 millones de personas.  La triste realidad actual es que entre 2011 y 2013 cerca de 842 millones de personas, aproximadamente el 12% de la población mundial, sufrieron hambre crónica, según informe publicado por la FAO de las Naciones Unidas (octubre, 2013).  Todavía queda poco más de un año para que se venza el plazo establecido.  ¿Se logrará esta meta?
                                                                                                                                     
Según el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), órgano intergubernamental de la FAO, “Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico, social y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana”.  Ese “en todo momento” indica que el acceso físico, social y económico debe ser permanente, para que la seguridad alimentaria sea sostenible en el tiempo.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) opina que “La seguridad alimentaria de un hogar significa que todos sus miembros tienen acceso en todo momento a suficientes alimentos para una vida activa y saludable.  La seguridad alimentaria incluye al menos: 1) la inmediata disponibilidad de alimentos nutritivamente adecuados y seguros, y 2) la habilidad asegurada para disponer de dichos alimentos en una forma sostenida y de manera socialmente aceptable (esto es, sin necesidad de depender de suministros alimenticios de emergencia, hurgando en la basura, robando o utilizando otras estrategias de afrontamiento)”.  Este enfoque nacional del USDA se centra en la célula básica de la sociedad, la familia.

De acuerdo al Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), “La seguridad alimentaria es la existencia de condiciones que posibilitan a los seres humanos tener acceso físico, económico y de manera socialmente aceptable a una dieta segura, nutritiva y acorde con sus preferencias culturales, que les permita satisfacer sus necesidades alimentarias y vivir de una manera productiva y saludable.  Estas condiciones son: la disponibilidad física de alimentos en cantidades y calidad suficientes a través de la producción del país y de las importaciones (incluida la ayuda alimentaria); el acceso de todas las personas a los alimentos por medio de la disponibilidad de recursos económicos y de otra índole para adquirir alimentos nutritivos, sanos y en la cantidad apropiada; el logro de un nivel de bienestar nutricional en el que se satisfagan todas las necesidades fisiológicas, gracias a una alimentación adecuada, disponibilidad y acceso de agua potable, sanidad y atención médica (importancia de los insumos no alimentarios); la estabilidad del acceso a alimentos adecuados en todo momento, sin riesgo de quedarse sin alimentos a consecuencia de crisis políticas, económicas o climáticas repentinas ni de acontecimientos cíclicos (inseguridad alimentaria estacional). Engloba tanto la disponibilidad como el acceso”.  En esta definición se intenta desglosar los principales aspectos de las definiciones anteriores separando -por ejemplo- el acceso físico, social y económico a suficientes alimentos de calidad y en todo momento, esbozado por el CSA de la FAO, de la disponibilidad física de los mismos, tácita en la definición del comité de la FAO.  También separa los temas de bienestar nutricional y estabilidad de la oferta de alimentos, considerados por el CSA.  Sin embargo, el IICA aboga por una estabilidad de la oferta que esté por encima de las crisis políticas, económicas, climáticas o, incluso, los acontecimientos cíclicos, lo cual es irreal en el mundo actual.

¿Habrá algún país en el mundo que haya alcanzado este ilusorio ideal llamado seguridad alimentaria?  La pregunta que hay que hacerse es si la seguridad alimentaria, según la definición del CSA de la FAO, es factible.  En estos términos, la seguridad alimentaria no depende únicamente de la producción per se de alimentos y todo lo que ello implica, que es mucho.  También depende de una multitud de otros factores (controlables y no controlables por el ser humano) y sus interacciones, algunos de los cuales se mencionan en la definición del IICA.  Por lo tanto, valdría la pena discutir o preguntarse seriamente si este término debe ser sustituido por otro, menos ambicioso, pero más real.  Así la humanidad entera no perdería más tiempo, esfuerzos y recursos en perseguir una meta inalcanzable y podría aterrizar en estrategias más concretas y accesibles, a corto, mediano y largo plazos, para reducir sustancialmente este flagelo de la humanidad, que representa una vergüenza para los políticos de los países donde predomina la pobreza y la pobreza extrema y para los políticos de los países ricos y desarrollados, por su falta de solidaridad.

Ya se vislumbra que la meta de reducción del 50 % del hambre en el planeta, prometida con atrevida ligereza en el marco de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 (cuyos indicadores de resultados deberán sustentarse en 2015), terminará en un fracaso estrepitoso.  El hambre a nivel mundial no solo NO se redujo en los dieciocho años posteriores a la cumbre, más bien se incrementó, por diversas y muy complejas razones, que no viene al caso abordar.  Se requiere de esfuerzos mundiales eficazmente coordinados, menos politiquería y muchísimo más que buenos deseos para lograr avances significativos.  Si se llega a realizar otra cumbre en 2015, obligatoriamente habría que reconocer que las metas fueron irrealmente ambiciosas y se tendría que replantear los conceptos y acciones para lograr avances menos espectaculares, quizás, pero firmes y sostenibles en el tiempo.

Por otro lado, según Wikipedia, “La soberanía alimentaria es la facultad de cada pueblo para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y seguridad alimentaria.  Ello implica la protección del mercado doméstico contra los productos excedentarios que se venden más baratos en el mercado internacional, y contra la práctica del dumping (venta por debajo de los costos de producción)”.  Este concepto fue introducido en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 y está condicionado cuando los países firman acuerdos internacionales que, en ocasiones, son supranacionales, como es el de la Organización Mundial del Comercio (OMC).  Esta limitación impone que se actúe con inteligencia y estratégicamente en estos temas.

Al respecto, en el plano nacional, no confundamos a nuestros políticos proponiéndoles planes imposibles de alcanzar para resolver permanentemente el tema de la seguridad alimentaria, según se plantea en las definiciones vigentes que se han citado.  Es obvio que, a nivel de las familias, comunidades y provincias de un país pequeño en territorio y población, como Panamá, es más factible reducir el hambre a niveles que permitan la erradicación de la pobreza extrema e ir disminuyendo la pobreza programática y sosteniblemente.  Como esta meta no puede ser lograda en un solo período gubernamental, por ser compleja, por etapas y costosa, tiene que ser establecida como una política estatal.  Sin embargo, esta no es tarea únicamente del gobierno de turno, es tarea de todos los panameños, sin distingo de razas, condición socioeconómica, educación, religión o partido político.  Todos los panameños tienen que aportar su grano de arena en el logro de este noble objetivo.

2. SITUACIÓN ACTUAL DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA  EN PANAMÁ

Según estadísticas del Ministerio de Economía y Finanzas (Indigencia y Pobreza, Encuesta de Mercado de Trabajo, marzo 2012, publicada en agosto de 2012), la pobreza general en 2008 (año anterior a la llegada del gobierno actual) era del orden del 33.8 % y la indigencia marcaba el 15.3 %.  En pobreza extrema, 4.2 % de la población urbana se hallaba afectada, mientras que en las áreas rurales alcanzaba el 35.2 %.  Por otro lado, el 19.6 % de la población urbana se hallaba en pobreza no extrema, comparado con las áreas rurales, con un 59.4 %.  En 2009 (primer año de la actual gestión gubernamental y en pleno apogeo de una de las peores crisis económicas globales de la historia) las estadísticas de pobreza y pobreza extrema se mantuvieron muy similares.  En 2010 se observaron reducciones importantes de la pobreza en los tres indicadores: indigencia y pobreza totales (12.2 y 29.8 %, respectivamente), pobreza extrema, urbana y rural (4.1 y 27 %) y pobreza no extrema, urbana y rural (16.6 y 54.1 %).  Esta tendencia a reducir la pobreza se mantuvo en 2011 con las siguientes cifras: indigencia y pobreza totales (11.5 y 27.6 %), pobreza extrema, urbana y rural (3.4 y 26.6 %) y pobreza no extrema, urbana y rural (15.3 y 50.4 %).  Para marzo de 2012, continuó la tendencia a la reducción de la pobreza en Panamá, reportándose resultados muy favorables: indigencia y pobreza totales (10.4 y 25.8 %), pobreza extrema, urbana y rural (2.9 y 24.3 %) y pobreza no extrema, urbana y rural (12.6 y 50.2 %).  Aunque todavía son cifras modestas, se ve una clara tendencia a la reducción de la pobreza en el país durante la actual gestión gubernamental, en comparación con el 2008.  Falta por analizar la evolución durante los tres últimos trimestres de 2012 y todo el 2013.

Sin embargo, con estos datos, siguiendo la definición de seguridad alimentaria del Comité de Seguridad Alimentaria de la FAO, se observa que Panamá ha dado muestras de una significativa y consistente mejoría en la reducción de la pobreza, en el actual quinquenio, producto de políticas estatales bien diseñadas y dirigidas, entre las que destacan las de empleomanía (con un nivel de desempleo de 4.5 %, calificado como empleo total, según comunicado de la Asociación Panameña de Ejecutivos De Empresa, APEDE, en enero de 2013), recaudación de impuestos, fomento al turismo y los programas de índole social para mejorar las condiciones y la calidad de vida de los pobres y extremadamente pobres, entre otras, mejorando la distribución de las riquezas.

3. PROPUESTA PARA MEJORAR LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN PANAMÁ (basada en  la situación actual)

Dado que la seguridad alimentaria de un país es multifactorial (no depende únicamente de la producción de alimentos), requiere de un enfoque holístico que integre sistemáticamente las acciones de todos o la mayoría de los actores que la influencian.  El sector agropecuario (oficial y privado), por sí solo, no puede cargar sobre sus hombros esta enorme responsabilidad, que lo rebasa, pues se expone al fracaso.  Hay que crear los mecanismos de articulación necesarios para canalizar los esfuerzos de todos los actores en el marco de un plan preconcebido, a corto, mediano y largo plazos, para poder avanzar con pasos firmes y con mayor eficacia hacia el logro de metas realmente viables, que se propongan conjuntamente, para el mejoramiento significativo y por etapas de la seguridad alimentaria nacional.

Con base en la situación actual de Panamá, en materia de seguridad alimentaria, se propone que el próximo gobierno que sea electo en las elecciones generales de mayo del presente año, continúe con las políticas estatales que ha venido implementando el actual gobierno.  Entre estas políticas se citan las siguientes: 1) atacar de frente la pobreza y la pobreza extrema y lograr una distribución más equitativa de las riquezas que se generan en el país (con un plan agresivo de creación de empleos tradicionales y no tradicionales, un plan de capacitación vocacional y universitaria en carreras o profesiones estratégicas para el desarrollo nacional, continuar el programa de las becas universales y concretar el plan de las becas universitarias propuesto por uno de los candidatos a la Presidencia, así como continuar e incrementar los programas de apoyo e inclusión social, entre otros), 2) intensificar el programa de recaudación de impuestos para apoyar las obras civiles y sociales del gobierno actual,  3) completar la ampliación del canal interoceánico (generando incrementos en la fuerza laboral que requerirá), 4) ampliar el programa de inversiones en obras y mega obras civiles estratégicas para mejorar la calidad de vida de todos los panameños y seguir avanzando hacia el desarrollo del país y, por último, 5) corregir el problema endémico de la desigualdad entre géneros -por el que Panamá fue injustamente castigado en 2013 bajando su Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la excelente posición 59 a la 108, entre 186 países- y que ocurre, mayormente, entre la población pobre y extremadamente pobre de Panamá y, especialmente, en parte de la población indígena, donde es cultural.

Por último, pero también muy importante, las recomendaciones para el Sector Agropecuario, relacionado directa pero no exclusivamente con la seguridad alimentaria, a través de la producción nacional de alimentos.  Esta debe ser sostenible en el tiempo (económica, ambiental y socialmente) y para lograrlo se requiere de una organización total de los productores en cooperativas o asociaciones a las que se les dé una sólida formación en los principios del cooperativismo o las asociaciones de producción para que, unidos, puedan enfrentar, con posibilidades de éxito, los nuevos retos que plantea la producción y comercialización de alimentos a escala nacional y mundial, entre ellos la apertura o globalización de los mercados, la eliminación de las barreras arancelarias y la competitividad de la producción (influenciada por muchos factores, entre ellos, la adopción de tecnologías de punta y la capacidad de negociar el precio de los insumos de la producción).  La actividad de producción, organizada de esta forma, será sujeta a créditos bancarios que, actualmente, se ven limitados debido a que la banca no desea asumir los altos riesgos de prestar a productores individuales, por las malas experiencias que han tenido en la recuperación de los dineros prestados.  Por otro lado, los sectores públicos y privados tienen que apoyar la generación de tecnologías de punta adaptadas a las condiciones agro ecológicas de Panamá, mediante la capacitación de investigadores a los más altos niveles académicos en centros educativos de excelencia comprobada, la dotación de suficientes recursos económicos para la investigación y la debida autonomía (en el caso del Instituto De Investigación Agropecuaria de Panamá, IDIAP) para poder conducir y administrar la investigación sin ningún tipo de influencias que no sean las planteadas por la demanda de tecnologías apropiadas que requiera la producción agropecuaria y agro industrial.

Por otro lado, a nivel del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) se requiere del fomento a la producción de otros cultivos y especies animales, adicionales a las que se han venido produciendo de forma tradicional por muchos años, así como de la agro industria.  Por ejemplo, para mencionar un caso, el fomento a la producción frutícola organizada, que está muy atrasada en Panamá, con fines de consumo interno y exportación (que crearía miles de empleos y generaría millones de divisas).  También es prioritario el fortalecimiento y adecuación de las leyes fito y zoo sanitarias nacionales (para sincronizarlas al entorno actual) y del sistema de transferencia de las tecnologías de punta generadas o adaptadas a las condiciones nacionales, ya que de poco serviría invertir en generar, adaptar y validar tecnologías de punta si estas se quedan engavetadas por falta de un sistema nacional eficiente y eficaz para su difusión y promoción de la adopción.  Al mismo tiempo, se requiere de una revisión y modernización de las leyes de todas las instituciones oficiales del sector agropecuario para que cumplan con sus objetivos de la mejor manera posible, en términos generales y en lo que a su aporte al nivel de seguridad alimentaria del país se refiere.

10 febrero 2014

Reflexiones sobre el artículo "El Canal de Panamá: la religión que une a todos los panameños"

En relación al artículo "El Canal de Panamá: la religión que une a todos los panameños", publicado por el Lic. José Chen Barría en el diario La Prensa, el 12 de enero de 2014, la ACP debió, de salida, descalificar la propuesta de SACYR/Valle Hermoso, por ser temerariamente baja, mucho más baja, incluso, que el precio de referencia de la ACP, de alrededor de 5,000 millones de Balboas.  Eso fue como la “crónica de una muerte anunciada”.  Ahora hay sospechas (con sentido pero no comprobables) que SACYR hizo esto, con premeditación y alevosía, para ganarse la licitación internacional y luego, en el momento más conveniente para ellos, solicitar más dinero -nada más y nada menos que 1,600 millones de Balboas- arguyendo sobrecostos.  Esto pudo evitarse descalificado la propuesta de SACYR desde el principio, por temeraria Sin embargo, la ACP y la Nación (pues esto ya no es un problema de la ACP únicamente) cuentan con un contrato firmado entre las partes con cláusulas que son muy claras y favorables a Panamá, que incluso, ya le otorgó al consorcio europeo un jugoso adelanto de cerca de 700 millones de Balboas.  Si se llega al arbitraje en la Corte Internacional, por falta de acuerdo entre las partes, veo muy difícil que SACYR/Valle Hermoso gane sus reclamos por sobrecostos…

¿Cómo terminará este enfrentamiento?  Detrás de SACYR/Valle Hermoso está la “Marca España” que representa el prestigio de todas las empresas y consorcios españoles en todo el planeta.  El gobierno español, simplemente, no puede arriesgar su prestigio mundial (que tantos años y dinero le costó establecer), dado que la ampliación de Canal Interoceánico de Panamá es un proyecto de mucho interés e impacto económico mundial.  Si SACYR no cumple, la “Marca España” quedará desprestigiada mundialmente y todas las empresas españolas quedarán en la “lista negra”, perdiendo millones de oportunidades de negocios.  Es mucho lo que España tiene que perder, en un momento en que la economía de este país está atravesando por una de las peores crisis económicas de su historia moderna.  El gobierno español no puede permitir que esto suceda…Sería un suicidio económico.

Como se sabe, el gobierno español ayudó económicamente SACYR/Valle Hermoso, para que pudiera participar en la licitación internacional para la ampliación del canal de Panamá (craso error dado que la empresa ya tenía un muy mal expediente).  Si ahora decide no ayudarlos, SACYR se hundirá por siempre y arrastrará a España, causándole gran perjuicio…Creo que el gobierno español esperará hasta el último momento para ver si Panamá cede (cosa que NO sucederá pues la razón está de nuestro lado).  Cuando se vea que hay firmeza en la postura panameña, antes que Panamá tome una decisión irrevocable (que se termine la relación contractual con SACYR y se culmine la obra con otras empresas que están a la expectativa y deseosas de participar en esta obra de impacto mundial), España aportará a SACYR los fondos que necesita para culminar la obra con la calidad requerida y, así, salvaguardar la “Marca España”.  Pase lo que pase, Panamá no puede perder y saldrá adelante, con la frente en alto, culminando con éxito la ampliación de la vía interoceánica…

16 diciembre 2013

Comentarios y reflexiones sobre el artículo “Servilismo: gabinete ministerial de fanáticos”


A leer este artículo, escrito por el educador e historiador Paulino Romero (diario La Prensa, viernes 13 de diciembre de 2013), me sentí obligado, como panameño amante de la verdad y la objetividad, a escribir los comentarios y reflexiones que presento a continuación, basado en el derecho a opinar que me asiste como panameño y en las vivencias personales del período de la historia nacional comprendido entre octubre de 1968 (a casi dos años de graduarme de la escuela secundaria en el Instituto Nacional de Panamá) y diciembre de 1989 (cuando cayó la dictadura militar que asoló el país por 21 trágicos años.  También se basa en mis experiencias a lo largo del período bipartidista post dictadura, entre finales de 1989 (inicio de la gestión de Guillermo Endara) y julio de 2009 (fin de la gestión de Martín Torrijos).

El procedimiento utilizado es comentar separadamente cada párrafo del artículo del Sr. Romero, para mayor claridad.  Lo hago con la mayor objetividad y respeto posibles, con el único objetivo de dar a conocer mi posición como ciudadano panameño independiente, que no pertenece y nunca ha pertenecido a algún partido político.

Párrafo 1 del artículo del Sr. Romero:

Cuando observamos el comportamiento del actual “Gabinete” del Órgano Ejecutivo, no escapa la duda de la integridad de la persona.  Se asoma, sin mayor esfuerzo, el reconocimiento del servilismo, la falta de fe en la persona virtuosa.  Ya lo decía con mucha propiedad José Ingenieros: “Nada hay más extraño a la fe que el fanatismo de los siervos.  La fe es de visionarios y el fanatismo es de siervos.  La fe es llama que enciende y el fanatismo es ceniza que apaga.  La fe es una dignidad y el fanatismo un renunciamiento.  La fe es una afirmación individual de alguna verdad propia y el fanatismo es una conjura de huestes para ahogar la verdad de los demás”.

Respuesta al párrafo 1:

Al leer este párrafo sentía que el Sr. Romero se refería a los tiempos de la dictadura militar, ante la que muchos genuflexos se arrodillaron e inclinaron la cabeza…para obtener sus favores, unos por miedo, otros por intereses personales.  Me remonté a aquella época y, que yo recuerde, en toda la historia republicana, no hay mejor ejemplo de servilismo, corrupción, persecución política, crímenes y justificación de lo injustificable, que la triste y fatal época militar.

Párrafo 2 del artículo del Sr. Romero:

En un grupo ejecutivo, generalmente hay vanidosos sin magia, vanidosos vacíos, para abundar en redundancias.  Vanidosos sin más arte que la de ponerse ante un espejo y aderezarse la corbata o mirar bobamente a los ojos de una adolescente.  Pero hay vanidosos más dotados, que en vez de un espejo o de unos ojos, buscan la masa popular y se disfrazan con trajes de payaso y actúan con oportunidad para mantener atada la atención pública.

Respuesta al párrafo 2:

Justamente, en tiempos de la dictadura militar de 21 años y los gobiernos del posterior bipartidismo, eran frecuentes esos ejemplos.  Los jóvenes panameños de esa época, hoy en la tercera edad, pueden atestiguarlo con nombres y apellidos…  ¡Tapar el sol con las manos es imposible!  Ya no se puede engañar al pueblo panameño ni disfrazar los hechos históricos con interpretaciones maliciosas y/o faltas de fundamento, de verdad y de vergüenza.  Todos los panameños de edad madura saben quiénes eran los maestros de la fachada populista y las malas decisiones que se tomaron -y que aún estamos pagando- en aras de ese falso estandarte que esgrimieron y que tanto daño causó a la sociedad panameña…

Párrafo 3 del artículo del Sr. Romero:

Mario Vargas Llosa ha publicado un interesante libro titulado “La civilización del espectáculo”, en cuyo contenido encontramos muchas respuestas al comportamiento del Gabinete ministerial del actual “régimen autocrático” (2009-2014) en Panamá. Para los miembros del citado Gabinete lo primero que se necesita es demostrar la grandeza del caudillo (el Jefe, el amo), del hombre afortunado.  La naturaleza corporal y espiritual del elegido da alguna materia para la exégesis, pero no es lo bastante.  (Hay que acudir entonces a la pseudosociología, que tan dócil se muestra en estos casos, y ella alumbra los vacíos sociales que el “Jefe” está llamado a remediar).

Respuesta al párrafo 3:

Sinceramente, considero un atrevimiento y un flagrante atropello a la verdad, afirmar que el actual mandatario -que no llegó al poder por golpe de Estado a un gobierno legítimamente establecido, como otros, pero si por el poder de los votos del pueblo- es el líder de un gobierno autócrata.  ¿En qué país vivió usted durante los años transcurridos entre 1968 y 1989?  Por si lo ha olvidado, esos son los verdaderos años de la autocracia en nuestra querida Panamá, atendiendo a la etimología de la palabra.  En esos desgarradores años si que había un culto a la personalidad de los jefes militares y los presidentes títeres de la época.  La naturaleza corporal y espiritual de “los hombres fuertes” del régimen dictatorial militar, de sus presidentes de a dedo, y de algunos de los "mandamases" de los gobiernos del bipartidismo que lo siguió, es la única y verdadera interpretación de gobiernos (¿o desgobiernos?) autócratas que cabe en nuestra historia patria...

Párrafo 4 del artículo del Sr. Romero:

Y los serviles, timoratos, híbridos, insípidos en su vida individual devienen ahora valientes, decididos, agresivos.  Y empiezan… a acusar a los otros, a señalarlos, a perseguirlos. ¡Hay que ver la ola de coraje que los arrastra, con la frente alta y el semblante lleno de felicidad!  ¡El Hombre, nuestro Hombre!  ¡El país entero para él!  ¡Nuestras vidas, nuestras mujeres, nuestras haciendas: todo para él!  ¡La patria es él!  Y nadie repara ya entonces en la brutal apostasía de la tesis, en la prostitución del concepto de patria que entraña este endiosamiento de uno, a cuyo servicio se ponen el Estado y la nación y los sagrados intereses del pueblo dividido en familias reales, de necesidades actuales impostergables.

Respuesta al párrafo 4:

Me parece, nuevamente, que se está reflejando lo que se vivió en este país en tiempos de la dictadura militar y de algunos gobiernos del bipartidismo posterior a esta.  Repito: ya no es posible engañar al pueblo panameño, Sr. Romero.  Todos esos epítetos despectivos que usted utiliza son aplicables, principalmente, a los amanuenses que apoyaron la dictadura castrense que arrasó Panamá y a ciertos gobiernos del bipartidismo, que lamentablemente, aún cuentan con unos pocos fieles y fanáticos que si viven en real apostasía… No sé cómo usted llama prostitución del concepto de patria por el actual gobierno a una gestión gubernamental que ha implementado tantos proyectos y obras de verdadero impacto social que sería largo enumerar en este espacio y en los que la dictadura y el bipartidismo ni siquiera pensaron pues, en realidad, no les importaba, ni importa, el pueblo panameño.  Para mencionar algunos: la Ampliación del Canal de Panamá, la Modernización del Transporte Público (con la implementación del Metro Bus y la construcción del Metro de Panamá), la Modernización de la Red Vial, 100 para los 70 (que en enero 2014 será incrementado a B/.120.00), El Ángel Guardián, la Beca Universal, el Programa de Entrega de Uniformes y Útiles Escolares, la reciente devolución de las partidas del 13r mes (tomadas autocráticamente por la dictadura a los empleados públicos), el Programa de Computadoras e Internet Gratuitos para los estudiantes de las escuelas, la Indemnización a los Afectados por el Jarabe Asesino con dietilenglicol durante el anterior gobierno del PRD, los nuevos y modernos hospitales construidos en toda la geografía nacional, las salas de hemodiálisis para hospitales del interior del país (para que los enfermos no tengan que desplazarse hasta la capital), la contratación de médicos especialistas extranjeros para suplir la carencia nacional existente y prestar servicios en el interior del país, y un largo etcétera.  Por la implementación de estos programas el Presidente Ricardo Martinelli fue condecorado, en 2012, con la Sagrada Orden Militar de San Jorge (por los Representantes de la Iglesia Católica del Reino Unido).  Eso sin mencionar la gran cantidad de leyes de impacto social que este gobierno ha logrado.  ¿Puede todo esto ser considerado, como usted señala con ligereza, prostitución del concepto de patria?  Por supuesto que NO… ¿Cuál es el verdadero concepto de Patria?  ¿Una patria boba que viva en el atraso, el desempleo, la pobreza galopante, la corrupción, la falta de calidad de vida, así como de las esperanzas de falsas promesas quinquenales de los políticos tradicionales?  Al final es el pueblo, que recibe todos estos beneficios que nunca antes recibió (y a los cuales tiene pleno derecho), así como la Historia, los que tendrán que juzgar la actual gestión gubernamental.

Párrafo 5 del artículo del Sr. Romero:

Pero no hay lucha fructuosa contra esta avalancha.  El decoro privado, el pudor natural en las personalidades numerosas les impide aspirar a los manejos de la cosa pública, y se ven obligados (por desidia, por desprecio, por asco y también por incapacidad del individuo contra la masa) se ven obligados a encerrarse en sí mismos y abandonar la calle pública a los gruesos y estruendosos manifestantes de la nueva fe.

Respuesta al párrafo 5:

Los panameños que si aman este país de corazón son conscientes que -con todo y los errores y fallas que se hayan cometido y que son propias del ser humano (el propio Ricardo Martinelli ha sido el único Presidente en reconocerlo con humildad y en tratar de corregir el rumbo las veces que ha sido necesario)- este ha sido el gobierno que más beneficios, de todo tipo, ha otorgado al pueblo panameño, en los últimos 4 ó 5 decenios.  Solo hay que analizar, con mente fría y objetiva, las estadísticas.  Lo que sucedió por años fue que la mente y la conciencia de muchos panameños eran manipuladas por los medios privados de comunicación masiva más poderosos y muchas de las grandes empresas.  Querían seguir operando y pelechando, a costillas del pueblo, en un país sin Dios ni Ley, en el que ellos hacían lo que les venía en gana, apoyados por los dictadores y el bipartidismo (como no pagar los debidos impuestos y los salarios mínimos a sus empleados, entre muchas otras atrocidades).  Entre sus gastos estaban las "coimas" (que veían como inversión y no como una forma de corrupción) para pagar los favores de muchos “servidores públicos”, “periodistas” y “comunicadores sociales” de pacotilla y sin dignidad, que vendían y venden sus conciencias por dinero (este modus operandi continúa pues la ambición de estos seres no tiene límites).  Por eso, en parte, Panamá no avanzaba pues no había suficiente recaudación de impuestos, ya que el país era considerado como la finca privada de unos cuantos y los panameños de a pie NO PODÍAN TENER ASPIRACIONES (incluyendo una buena educación, calidad de vida decorosa y un desarrollo humano sostenible).  Estos mal llamados panameños y sus conocidos adláteres tratan a diario de desprestigiar al gobierno actual utilizando el enorme recurso de sus medios (de comunicación, empresariales, etc.), su dinero y su perniciosa influencia sobre muchos panameños que sucumben a su poder…  Por eso odian la gestión gubernamental actual, en particular al Presidente Martinelli, que se atrevió a enfrentarlos y a pelear por los derechos y el bienestar del pueblo panameño, que siempre fueron ignorados o pisoteados por ellos.  Por eso temían la posibilidad de reelección inmediata del Presidente Martinelli y por eso, también, temen la enorme posibilidad de reelección del partido oficialista, en la persona de José Domingo Arias, rompiendo con el paradigma de la mal interpretada alternabilidad del poder político, que tanto daño causó a Panamá durante el bipartidismo y que vino a ser equilibrada por la tercera fuerza que representa el partido en el poder, Cambio Democrático...

Párrafo 6 del artículo del Sr. Romero:

En realidad, el periodo trágico del servilismo en Panamá está inaugurado desde julio de 2009.  Pero vale decir que todo servilismo es una traición organizada.  Primero traición para consigo mismo al prosternase ante otro en una cobarde renunciación a los fueros de la dignidad personal. Luego, la traición a la sociedad actual, sometiéndola al capricho de un individuo en pleno éxtasis de divinidad.  Más adelante, traición a la nación conjugando ese pasado lleno de dolor y de gloria en la plebeya apoteosis de un hombre.  Todavía después traición al Estado sometiendo sus leyes básicas a una sola voluntad prepotente.  Luego, traición al Jefe a sus amigos y “elevadores”.  Y por último, traición a su mismo Jefe cuando los serviles se descubren a su vez traicionados, es decir, envilecidos.

Respuesta al párrafo 6:

Es extraño que se catalogue a la gestión del Presidente Martinelli como la del servilismo.  Incluso, suena ridículo y da risa.  Sucede que todos esos epítetos despectivos describen a la perfección a los fanáticos y seguidores de la dictadura militar y de algunos miembros de la tradicional clase social dominante de Panamá (la mal llamada Sociedad Civil), que todos los panameños conocen.  Muchos se arrastraron, y aún se arrastran ante ellos, como vulgares reptiles.  Incluso, algunos lo disfrutan y lo encuentran muy “natural”.  El gobierno actual no es el gobierno del servilismo, es el del cambio verdadero -y ojalá que sostenible en el tiempo- hacia un país cuyos gobiernos, sincera y verdaderamente, se solidaricen con las necesidades y expectativas más apremiantes del pueblo y las resuelvan de verdad, no en teoría o a través de discursos y promesas vacías cada cinco años.  Ese es el gran mérito de este gobierno y -le disguste a quién le disguste- el secreto de su éxito… El Sr. Ricardo Martinelli les ha dado una cátedra política que aún no entienden ni entenderán, cegados como están por sus ansias de poder para descargar y desenfrenar su habitual y conocida rapacidad sobre las arcas y bienes del Estado, que es a lo que están acostumbrados y en lo que son expertos.  La forma de hacer política en este país cambió para siempre.  Martinelli y su equipo de trabajo desenmascararon a los políticos tradicionales, así como a la porción de la clase dominante (corrupta y corruptora) y, al mismo tiempo, quitaron la negra venda de los ojos del pueblo panameño… Es triste que algunos no quieran reconocer los grandes logros y méritos de este gobierno e insistan, inútilmente, en enlodar su gestión.  Y, aún así, dicen que aman este país…

Párrafo 7 del artículo del Sr. Romero:

Pero es que un río que nace en tierras tan bajas no tiene oportunidad de depurarse y degenera fatalmente en charco. Y no hay espectáculo más repugnante a los ojos de las conciencias honestas que esas reuniones de palacio, cuando se congregan en amistosa tertulia chocando copas de champaña una veintena de chacales que se juran amistad mientras cada uno de ellos, estudia la oportunidad de aniquilar a los demás.  Esta etapa es la verdadera, la legítima florescencia del servilismo; es su natural fructificación.  ¡De una compactación de incapaces, de cobardes, de invertidos no se puede esperar nunca otra cosa que traiciones, rencores, odios y crímenes!

Respuesta al párrafo 7:                             

¿Se refiere a la oposición política, especialmente al otrora brazo político de la dictadura castrense?  Eso, precisamente, fue lo que sucedió a la dictadura y al bipartidismo, ¿no lo ve?  Degeneró en un charco de desprestigio y falta de verdadero patriotismo.  Los dictadores asesinaron a miles de panameños humildes (estudiantes como Floyd Britton e, incluso, a dos sacerdotes católicos), mancillaron y humillaron constantemente la sociedad panameña (¿recuerda el tristemente célebre “viernes negro”, o la paliza que los serviles del régimen militar propinaron cobardemente a Guillermo Endara y Billy Ford mientras protestaban por el descarado  fraude electoral de 1989 o, acaso, el asesinato del Dr. Hugo Spadafora?), propiciaron la invasión de los Estados Unidos al declarar demente y estúpidamente la guerra a esta nación, entre muchas tragedias más que tomaría miles de páginas documentar.  Increíblemente, todavía hay panameños que añoran esos tiempos y atesoran esos recuerdos como las vivencias más preciadas de sus vidas.  Todavía no han cambiado de ideología, ni cambiarán, y por eso -justamente por eso- el pueblo los rechaza abiertamente y lo demostrará en las urnas, abrumadoramente, en mayo de 2014… ¿Apostamos?...

29 octubre 2012

Reflexiones sobre la derogación de la Ley 72, de 19 de octubre de 2012


Ayer, en los programas de comentarios socio políticos de TVN y TELEMETRO, se comentó ampliamente sobre la Ley 72 de la Zona Libre de Colón, que sustituía la antigua Ley del año 1948 que creó esta zona franca hace 64 años, así como de los movimientos e incidentes que llevaron al Gobierno Nacional a su derogación, mediante el Proyecto de Ley 541.  Este Proyecto de Ley fue aprobado rápidamente en tres debates de la Asamblea Nacional y sancionado ayer mismo por el Presidente de la República, Ricardo Martinelli Berrocal.

Llamó la atención cómo los diferentes panelistas que adversan al gobierno actual y los famosos analistas políticos -que lo saben todo- hablaban con tanta fluidez, erudición, sapiencia y juicio sobre la problemática socioeconómica de la provincia de Colón y sobre cómo solucionar todos los problemas que la aquejan.  Indicaban lo olvidada que ha estado esta provincia y culpaban al gobierno del Presidente Ricardo Martinelli de no escuchar el clamor popular de los colonenses que reclaman mejores días para su patria chica.  Incluso, algunos de los sabios y expertos son colonenses que, en su momento, ocuparon altas posiciones políticas en gobiernos recientemente pasados.

¿Será que los problemas de Colón surgieron todos en estos poco más de tres años de gobierno del Presidente Martinelli?  Da la impresión que esto es lo que se quiere sembrar, subliminalmente, en la mente de los panameños.  Pero los panameños ya han aprendido que los políticos tradicionales recurren a esta estrategia, para enlodar al gobierno de turno y ganar notoriedad, cuando se avecinan tiempos políticos y elecciones.  Es pura demagogia de la más barata e hipocresía de la más descarada.  Sería bueno preguntarles qué hicieron ellos, que son tan brillantes y tan patriotas, para solucionar los problemas socio económicos de la provincia de Colón, endémicos y crónicos, o sea, de larga data, cuando tuvieron la oportunidad de dirigir los destinos de la Nación.

El hecho de que la provincia de Colón esté tan mal como está (igual podría decirse de Bocas del Toro y Darién) se debe a múltiples factores, como todos los panameños saben.  Por un lado, habría que considerar los aspectos socio culturales y étnicos de los colonenses, por otro lado el hecho de que los gobiernos anteriores, tanto de la dictadura militar como de la democracia post dictadura (los últimos 41 años, sin contar el gobierno actual), no se ocuparon de la provincia y la veían solo como una mina de la cuál extraer riquezas para cualquier fin, menos el desarrollo socio cultural y económico de Colón.  Esto es un hecho histórico y es la verdad, aunque le duela a los políticos tradicionales, especialmente a los nativos de esta provincia, de todos conocidos, que nunca apoyaron su provincia natal cuando estaban gobernando el país.  Unos por ser mediocres en grado superlativo y otros porque no les importa un pepino y su objetivo primordial siempre fue y es enriquecerse y ayudar a sus co partidarios, familiares y amigos.  Sería muy interesante hacer una lista de los Legisladores, Diputados, Representantes, Ministros y Magistrados colonenses que han desfilado por los distintos gobiernos, desde la entronización de la dictadura militar, en 1968, hasta el 2009, al término del gobierno de Martín Torrijos.  ¡¡¡Ninguno hizo lo suficiente para ayudar a Colón a salir de la postración socio económica en que está sumida desde hace años!!!  Sinceramente, hablar de estos temas debería darles rubor y vergüenza.  Muchos están todavía activos en la política e, increíblemente, tienen buenas posibilidades de reelegirse.  Los colonenses educados, conscientes y patriotas, que son mayoría, deberían pasarle la factura y darle su voto consciente a gente nueva y preparada que los represente dignamente y ayuden al desarrollo socio económico sostenible de su provincia y el país.  Por otro lado, sería interesante investigar lo que han hecho organizaciones como la Cámara de Comercio de Colón, el Frente Amplio de Colón, la SUNTRACS y el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales de Panamá (FRENADESO), en apoyo a las reivindicaciones del pueblo colonense y de Colón.  También sería interesante analizar lo que hicieron por esta provincia otras organizaciones civiles, que ahora se dan golpes de pecho, durante los veintiún (21) años de dictadura militar o los veinte (20) años de concubinato del bipartidismo entre el PRD y el Panameñismo.

En términos de partidos políticos, durante los últimos cuarenta y cuatro (44) años, desde la fundación del Partido Revolucionario Democrático (PRD) en 1979, en tiempos de la dictadura militar, hasta la finalización del gobierno de Martín Torrijos en 2009, este partido político tradicional ha estado en el poder durante veinte (20) largos años.  De estos veinte años tuvieron poder absoluto por diez (10) años, en tiempos de la dictadura, ya que no existía la oposición política.  En resumen, es el partido que más oportunidades ha tenido para ayudar al desarrollo de Colón, Bocas del Toro y Darién pero no lo hizo, ni estaba en sus planes hacerlo.  Por otro lado, el Partido Panameñista, ahora profundamente dividido, ha estado diez (10) años en el poder político, desde el establecimiento de la era democrática post dictadura.  O sea, de los últimos veintitrés (23) años en democracia, este partido ha gobernado durante dos (2) períodos y no se atendieron los problemas de la provincia de Colón.  Con la llegada de Cambio Democrático al poder político (2009 a 2014) y la elección de Ricardo Martinelli como Presidente de la República, en poco más de tres años, este gobierno y su nuevo partido político (si se compara con el Panameñismo y el PRD) ha invertido alrededor de 600 millones de Balboas en la provincia de Colón, de un total superior a los mil millones que piensa invertir al término de su período.  Habría que preguntar ¿cuánto invirtieron el Panameñismo y el PRD en la provincia de Colón, durante sus veinte (20) años conjuntos en el poder, en tiempos de la democracia post dictadura?  Entre los dos, no superan lo que en poco más de tres años ha invertido el gobierno del Presidente Martinelli y el CD al que, todavía, le restan poco menos de dos (2) años de gestión.  ¿No demuestra esto el interés genuino del Presidente Martinelli, su equipo de trabajo y su gobierno, de ayudar a la provincia de Colón a elevar su nivel socio económico de forma significativa y sostenible?  Si alguien dice que no, es porque no está viviendo en Colón o en Panamá o es miembro de uno de los dos partidos políticos tradicionales cuyas cúpulas pretenden ignorar la realidad o  tapar el sol con las manos.

La Ley 72 era buena y no ponía en peligro ni la soberanía nacional ni el patrimonio de Colón o del país y beneficiaba grandemente la provincia (ver “Reflexiones sobre la Ley 72, de 19 de octubre de 2012”, en este Blog).  Los colonenses perdieron una magnífica oportunidad, gracias a los políticos tradicionales que han atrasado Panamá por muchos años, a los intereses personales de algunos malos panameños, a la falta de visión de algunos líderes de la sociedad colonense y a una falta de concienciación y madurez política de la población colonense en general, que se deja obnubilar la mente por discursos de barricada, demagógicos e hipócritas, de quienes solo tienen intereses personales y/o politiqueros.  Es triste y frustrante darse cuenta que hay muchos “panameños” que solo piensan en ellos, en sus partidos políticos y en el poder, como un fin para enriquecerse.  La política criolla tradicional es una basura y, lamentablemente, se ha convertido en un negocio lucrativo con un enfoque de extracción en el que el bienestar de los panameños y del país es lo que menos importa…

El vandalismo a la propiedad privada y estatal, el saqueo al comercio en las ciudades de Panamá y Colón, las pérdidas multimillonarias causadas a las empresas de la Zona Libre de Colón, los ingresos millonarios que ha dejado de percibir el Estado por las operaciones de la ZLC, el terrible deterioro a la excelente imagen internacional que había logrado Panamá en los últimos tres años (que podría tener implicaciones negativas para el país) y los muertos y heridos producidos durante estos insensatos e innecesarios motines, son el saldo trágico de los desmanes organizados que ocurrieron, a lo largo de diez días, a partir de la sanción presidencial de la Ley 72, el 19 de octubre pasado (ver: “Derogación de la Ley 72 de la Zona Libre deColón”, en este Blog).  ¿Era necesario provocar esta violencia inaudita?  Gracias a Dios la Policía Nacional no ejerció un uso más intenso e indiscriminado de su poder de reacción y actuó moderadamente.  Lo contrario, la cuota de muertos y heridos habría sido elevada… Las tres muertes trágicas e innecesarias ocurridas fueron las de un niño (por bala perdida desconocida), la de un indigente (que, desafortunadamente, quedó en medio de las acciones) y la del saqueador de un comercio (a manos del empresario dueño, en defensa propia).  Entre los heridos se cuentan doce (12) policías.

La prensa internacional ha hecho eco de esta crisis pero algunos medios noticiosos mencionan, erróneamente, que el gobierno nacional pretendía privatizar la Zona Libre de Colón ("Panamá derogará la Ley 72, que permitía la privatización de la Zona Libre de Colón", RTVE, España, 27 de octubre de 2012).  Nada más lejos de la realidad pues, bajo la derogada Ley 72, la ZLC hubiera seguido siendo una institución estatal y los que lo duden solo tienen que remitirse al texto de esta Ley que es de dominio público.  También pueden tener acceso al texto completo en el artículo “Reflexiones sobre la Ley 72, de 19 de octubre de 2012”, en este Blog.

El Presidente Martinelli debe continuar su exitosa gestión gubernamental sin mirar atrás.  Debe seguir ayudando a Colón y los colonenses, cumpliendo con las actividades, proyectos y programas prometidos en campaña o pensados para esta provincia, muchos de los cuales ya se han realizado, están en progreso o están por iniciarse.  Desde la dictadura militar hasta la fecha, ningún gobierno ha hecho más por el pueblo colonense que este gobierno, en solo tres años.  Las estadísticas de Panamá, en los últimos tres años, indican que el gobierno del Presidente Martinelli ha logrado avances sociales y económicos que jamás se habían alcanzado en los cuarenta y un (41) años de gobiernos que lo antecedieron.  Su estilo de gobernar ha sido muy eficaz y ha puesto en evidencia la mediocridad o la falta de compromiso de esos gobiernos con la Nación y será un referente en la política criolla en los años por venir.  Muchos empresarios lo adversan por haberlos obligado a pagar al Estado los impuestos que nunca pagaron, aprovechando influencias políticas o dando generosas coimas a funcionarios corruptos, recaudaciones que representaron entradas multimillonarias al fisco.  Otros lo adversan porque elevó el salario mínimo de los trabajadores y obligó a pagarlo a algunos patronos empresarios que se negaban a cumplir.  Su amor por Panamá está hartamente demostrado, así como su humildad y valentía al reconocer sus errores y enmendar algunas de sus decisiones más polémicas (actitud sin precedentes en la política criolla).  En la actual crisis, sabiendo que la Ley 72 era buena para Colón y el país entero, demostró una vez más su amor por la patria y su capacidad de estadista al derogarla en pro de la paz nacional y al reconocer que no se había consultado lo suficiente.  Muchos verán en esto un signo de debilidad pero es, más bien, una muestra de sumisión y amor por la tierra que lo vio nacer y la demostración de una fortaleza espiritual inquebrantable…


A pesar de varias intentonas para descalificarlo y separarlo del poder el Presidente Martinelli ha podido capear los siniestros temporales y salir adelante en la construcción de un mejor Panamá y lo está logrando.  La crisis de la Zona Libre de Colón ha sido otro intento más de sedición para derrocarlo y, de paso, derrocar la democracia.  De ahora hasta las elecciones en 2014 se avecina un período político de gran inestabilidad y peligro para Panamá y su progreso.  Los partidos de oposición y sus ya conocidos aliados ven amenazada su existencia y no claudicarán en sus intentos de obstruir el éxito de su gestión y su creciente popularidad entre el pueblo panameño.  No dejarán de intentar derrocarlo pues temen su inminente derrota en las próximas elecciones y temen, aún más, la posibilidad de su reelección inmediata.  La parte del pueblo panameño que verdaderamente  ama este hermoso país, que son mayoría, tiene que manifestar abiertamente su respaldo total al Presidente Martinelli y su repudio a quienes utilizan la violencia, el engaño y la desinformación para lograr sus metas políticas.  El Presidente y su equipo de trabajo tendrán que extremar cuidados y, al mismo tiempo, seguir impulsando el país hacia adelante y arriba con el ímpetu que hasta ahora han desplegado…  El pueblo los premiará con su apoyo irrestricto…