29 octubre 2012

Reflexiones sobre la derogación de la Ley 72, de 19 de octubre de 2012


Ayer, en los programas de comentarios socio políticos de TVN y TELEMETRO, se comentó ampliamente sobre la Ley 72 de la Zona Libre de Colón, que sustituía la antigua Ley del año 1948 que creó esta zona franca hace 64 años, así como de los movimientos e incidentes que llevaron al Gobierno Nacional a su derogación, mediante el Proyecto de Ley 541.  Este Proyecto de Ley fue aprobado rápidamente en tres debates de la Asamblea Nacional y sancionado ayer mismo por el Presidente de la República, Ricardo Martinelli Berrocal.

Llamó la atención cómo los diferentes panelistas que adversan al gobierno actual y los famosos analistas políticos -que lo saben todo- hablaban con tanta fluidez, erudición, sapiencia y juicio sobre la problemática socioeconómica de la provincia de Colón y sobre cómo solucionar todos los problemas que la aquejan.  Indicaban lo olvidada que ha estado esta provincia y culpaban al gobierno del Presidente Ricardo Martinelli de no escuchar el clamor popular de los colonenses que reclaman mejores días para su patria chica.  Incluso, algunos de los sabios y expertos son colonenses que, en su momento, ocuparon altas posiciones políticas en gobiernos recientemente pasados.

¿Será que los problemas de Colón surgieron todos en estos poco más de tres años de gobierno del Presidente Martinelli?  Da la impresión que esto es lo que se quiere sembrar, subliminalmente, en la mente de los panameños.  Pero los panameños ya han aprendido que los políticos tradicionales recurren a esta estrategia, para enlodar al gobierno de turno y ganar notoriedad, cuando se avecinan tiempos políticos y elecciones.  Es pura demagogia de la más barata e hipocresía de la más descarada.  Sería bueno preguntarles qué hicieron ellos, que son tan brillantes y tan patriotas, para solucionar los problemas socio económicos de la provincia de Colón, endémicos y crónicos, o sea, de larga data, cuando tuvieron la oportunidad de dirigir los destinos de la Nación.

El hecho de que la provincia de Colón esté tan mal como está (igual podría decirse de Bocas del Toro y Darién) se debe a múltiples factores, como todos los panameños saben.  Por un lado, habría que considerar los aspectos socio culturales y étnicos de los colonenses, por otro lado el hecho de que los gobiernos anteriores, tanto de la dictadura militar como de la democracia post dictadura (los últimos 41 años, sin contar el gobierno actual), no se ocuparon de la provincia y la veían solo como una mina de la cuál extraer riquezas para cualquier fin, menos el desarrollo socio cultural y económico de Colón.  Esto es un hecho histórico y es la verdad, aunque le duela a los políticos tradicionales, especialmente a los nativos de esta provincia, de todos conocidos, que nunca apoyaron su provincia natal cuando estaban gobernando el país.  Unos por ser mediocres en grado superlativo y otros porque no les importa un pepino y su objetivo primordial siempre fue y es enriquecerse y ayudar a sus co partidarios, familiares y amigos.  Sería muy interesante hacer una lista de los Legisladores, Diputados, Representantes, Ministros y Magistrados colonenses que han desfilado por los distintos gobiernos, desde la entronización de la dictadura militar, en 1968, hasta el 2009, al término del gobierno de Martín Torrijos.  ¡¡¡Ninguno hizo lo suficiente para ayudar a Colón a salir de la postración socio económica en que está sumida desde hace años!!!  Sinceramente, hablar de estos temas debería darles rubor y vergüenza.  Muchos están todavía activos en la política e, increíblemente, tienen buenas posibilidades de reelegirse.  Los colonenses educados, conscientes y patriotas, que son mayoría, deberían pasarle la factura y darle su voto consciente a gente nueva y preparada que los represente dignamente y ayuden al desarrollo socio económico sostenible de su provincia y el país.  Por otro lado, sería interesante investigar lo que han hecho organizaciones como la Cámara de Comercio de Colón, el Frente Amplio de Colón, la SUNTRACS y el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales de Panamá (FRENADESO), en apoyo a las reivindicaciones del pueblo colonense y de Colón.  También sería interesante analizar lo que hicieron por esta provincia otras organizaciones civiles, que ahora se dan golpes de pecho, durante los veintiún (21) años de dictadura militar o los veinte (20) años de concubinato del bipartidismo entre el PRD y el Panameñismo.

En términos de partidos políticos, durante los últimos cuarenta y cuatro (44) años, desde la fundación del Partido Revolucionario Democrático (PRD) en 1979, en tiempos de la dictadura militar, hasta la finalización del gobierno de Martín Torrijos en 2009, este partido político tradicional ha estado en el poder durante veinte (20) largos años.  De estos veinte años tuvieron poder absoluto por diez (10) años, en tiempos de la dictadura, ya que no existía la oposición política.  En resumen, es el partido que más oportunidades ha tenido para ayudar al desarrollo de Colón, Bocas del Toro y Darién pero no lo hizo, ni estaba en sus planes hacerlo.  Por otro lado, el Partido Panameñista, ahora profundamente dividido, ha estado diez (10) años en el poder político, desde el establecimiento de la era democrática post dictadura.  O sea, de los últimos veintitrés (23) años en democracia, este partido ha gobernado durante dos (2) períodos y no se atendieron los problemas de la provincia de Colón.  Con la llegada de Cambio Democrático al poder político (2009 a 2014) y la elección de Ricardo Martinelli como Presidente de la República, en poco más de tres años, este gobierno y su nuevo partido político (si se compara con el Panameñismo y el PRD) ha invertido alrededor de 600 millones de Balboas en la provincia de Colón, de un total superior a los mil millones que piensa invertir al término de su período.  Habría que preguntar ¿cuánto invirtieron el Panameñismo y el PRD en la provincia de Colón, durante sus veinte (20) años conjuntos en el poder, en tiempos de la democracia post dictadura?  Entre los dos, no superan lo que en poco más de tres años ha invertido el gobierno del Presidente Martinelli y el CD al que, todavía, le restan poco menos de dos (2) años de gestión.  ¿No demuestra esto el interés genuino del Presidente Martinelli, su equipo de trabajo y su gobierno, de ayudar a la provincia de Colón a elevar su nivel socio económico de forma significativa y sostenible?  Si alguien dice que no, es porque no está viviendo en Colón o en Panamá o es miembro de uno de los dos partidos políticos tradicionales cuyas cúpulas pretenden ignorar la realidad o  tapar el sol con las manos.

La Ley 72 era buena y no ponía en peligro ni la soberanía nacional ni el patrimonio de Colón o del país y beneficiaba grandemente la provincia (ver “Reflexiones sobre la Ley 72, de 19 de octubre de 2012”, en este Blog).  Los colonenses perdieron una magnífica oportunidad, gracias a los políticos tradicionales que han atrasado Panamá por muchos años, a los intereses personales de algunos malos panameños, a la falta de visión de algunos líderes de la sociedad colonense y a una falta de concienciación y madurez política de la población colonense en general, que se deja obnubilar la mente por discursos de barricada, demagógicos e hipócritas, de quienes solo tienen intereses personales y/o politiqueros.  Es triste y frustrante darse cuenta que hay muchos “panameños” que solo piensan en ellos, en sus partidos políticos y en el poder, como un fin para enriquecerse.  La política criolla tradicional es una basura y, lamentablemente, se ha convertido en un negocio lucrativo con un enfoque de extracción en el que el bienestar de los panameños y del país es lo que menos importa…

El vandalismo a la propiedad privada y estatal, el saqueo al comercio en las ciudades de Panamá y Colón, las pérdidas multimillonarias causadas a las empresas de la Zona Libre de Colón, los ingresos millonarios que ha dejado de percibir el Estado por las operaciones de la ZLC, el terrible deterioro a la excelente imagen internacional que había logrado Panamá en los últimos tres años (que podría tener implicaciones negativas para el país) y los muertos y heridos producidos durante estos insensatos e innecesarios motines, son el saldo trágico de los desmanes organizados que ocurrieron, a lo largo de diez días, a partir de la sanción presidencial de la Ley 72, el 19 de octubre pasado (ver: “Derogación de la Ley 72 de la Zona Libre deColón”, en este Blog).  ¿Era necesario provocar esta violencia inaudita?  Gracias a Dios la Policía Nacional no ejerció un uso más intenso e indiscriminado de su poder de reacción y actuó moderadamente.  Lo contrario, la cuota de muertos y heridos habría sido elevada… Las tres muertes trágicas e innecesarias ocurridas fueron las de un niño (por bala perdida desconocida), la de un indigente (que, desafortunadamente, quedó en medio de las acciones) y la del saqueador de un comercio (a manos del empresario dueño, en defensa propia).  Entre los heridos se cuentan doce (12) policías.

La prensa internacional ha hecho eco de esta crisis pero algunos medios noticiosos mencionan, erróneamente, que el gobierno nacional pretendía privatizar la Zona Libre de Colón ("Panamá derogará la Ley 72, que permitía la privatización de la Zona Libre de Colón", RTVE, España, 27 de octubre de 2012).  Nada más lejos de la realidad pues, bajo la derogada Ley 72, la ZLC hubiera seguido siendo una institución estatal y los que lo duden solo tienen que remitirse al texto de esta Ley que es de dominio público.  También pueden tener acceso al texto completo en el artículo “Reflexiones sobre la Ley 72, de 19 de octubre de 2012”, en este Blog.

El Presidente Martinelli debe continuar su exitosa gestión gubernamental sin mirar atrás.  Debe seguir ayudando a Colón y los colonenses, cumpliendo con las actividades, proyectos y programas prometidos en campaña o pensados para esta provincia, muchos de los cuales ya se han realizado, están en progreso o están por iniciarse.  Desde la dictadura militar hasta la fecha, ningún gobierno ha hecho más por el pueblo colonense que este gobierno, en solo tres años.  Las estadísticas de Panamá, en los últimos tres años, indican que el gobierno del Presidente Martinelli ha logrado avances sociales y económicos que jamás se habían alcanzado en los cuarenta y un (41) años de gobiernos que lo antecedieron.  Su estilo de gobernar ha sido muy eficaz y ha puesto en evidencia la mediocridad o la falta de compromiso de esos gobiernos con la Nación y será un referente en la política criolla en los años por venir.  Muchos empresarios lo adversan por haberlos obligado a pagar al Estado los impuestos que nunca pagaron, aprovechando influencias políticas o dando generosas coimas a funcionarios corruptos, recaudaciones que representaron entradas multimillonarias al fisco.  Otros lo adversan porque elevó el salario mínimo de los trabajadores y obligó a pagarlo a algunos patronos empresarios que se negaban a cumplir.  Su amor por Panamá está hartamente demostrado, así como su humildad y valentía al reconocer sus errores y enmendar algunas de sus decisiones más polémicas (actitud sin precedentes en la política criolla).  En la actual crisis, sabiendo que la Ley 72 era buena para Colón y el país entero, demostró una vez más su amor por la patria y su capacidad de estadista al derogarla en pro de la paz nacional y al reconocer que no se había consultado lo suficiente.  Muchos verán en esto un signo de debilidad pero es, más bien, una muestra de sumisión y amor por la tierra que lo vio nacer y la demostración de una fortaleza espiritual inquebrantable…


A pesar de varias intentonas para descalificarlo y separarlo del poder el Presidente Martinelli ha podido capear los siniestros temporales y salir adelante en la construcción de un mejor Panamá y lo está logrando.  La crisis de la Zona Libre de Colón ha sido otro intento más de sedición para derrocarlo y, de paso, derrocar la democracia.  De ahora hasta las elecciones en 2014 se avecina un período político de gran inestabilidad y peligro para Panamá y su progreso.  Los partidos de oposición y sus ya conocidos aliados ven amenazada su existencia y no claudicarán en sus intentos de obstruir el éxito de su gestión y su creciente popularidad entre el pueblo panameño.  No dejarán de intentar derrocarlo pues temen su inminente derrota en las próximas elecciones y temen, aún más, la posibilidad de su reelección inmediata.  La parte del pueblo panameño que verdaderamente  ama este hermoso país, que son mayoría, tiene que manifestar abiertamente su respaldo total al Presidente Martinelli y su repudio a quienes utilizan la violencia, el engaño y la desinformación para lograr sus metas políticas.  El Presidente y su equipo de trabajo tendrán que extremar cuidados y, al mismo tiempo, seguir impulsando el país hacia adelante y arriba con el ímpetu que hasta ahora han desplegado…  El pueblo los premiará con su apoyo irrestricto…

No hay comentarios.: