24 febrero 2007

‘Pájaro Jai’, velero sin igual

(See the english version at the end)

En el dialecto de los Emberá, etnia que habita en la región del Darién panameño mucho antes de la llegada de los colonizadores españoles, el término jai significa algo así como ‘brujo’, de acuerdo a Damián Bacorizo, un indígena consultado hoy, vía telefónica, en casa de la Ex Gobernadora del Darién, Prof. Lesbia Alarcón, en La Palma, Darién. La literatura indica que este vocablo también es utilizado por los emberá para señalar los espíritus o jais. El Jaibaná es, por otro lado, uno de los personajes más importantes de la sociedad emberá, descrito como ‘brujo de la noche’ pues emprende sus acciones, principalmente, durante este período del día. Es un híbrido entre un curandero y un brujo o hechicero que utiliza el poder de los jais con propósitos muy diversos. Mientras más jais logre dominar, más poderoso será el Jaibaná, así como sus conjuros y remedios.

Jai es, también, parte del nombre que le dieron a un hermoso velero de dos mástiles, construido a inicios de la década del 90, con finas maderas de la selva darienita (cocobolo, níspero, María y Nazareno, entre otras), en el taller de los hermanos José De Jesús Alvarado Moreno (alias Pájaro) y Rufino Gómez Moreno, en la playa La Puntita de Arriba, poco más allá del longo donde el popular ‘Pinguilla’ (q. e. p. d.) pescaba zardas, en La Palma, cabecera de la maravillosa y exótica provincia darienita (el autor recuerda claramente la extensa colección de fotografías tomadas por su finado tío, Prof. Reinaldo A. Lay López, que atestiguan cada etapa de la construcción). A este fantástico velero, único en su clase en el mundo entero, le pusieron por nombre ‘Pájaro Jai’, tal vez en honor a ‘Pájaro’ -su constructor principal- quién falleció poco antes de terminar la obra, que fue culminada, magistralmente, por su hermano Rufino. La nave se hizo muy famosa pues su propietario la exhibió en importantes ciudades portuarias alrededor del mundo y transportó, por la Bahía de Panamá, a todas las candidatas del concurso internacional de belleza Miss Universe, celebrado en la ciudad de Panamá en el año 2003. Poco después, el magnífico velero sufrió graves daños en una terrible tempestad.

La construcción del ‘Pájaro Jai II’, como se le podría llamar -por mero convencionalismo- al actual velero ‘Pájaro Jai’, fue ordenada por su propietario, el estadounidense Sr. James Brunton, de larga trayectoria en Panamá, y construido por el experto darienita Rufino Gómez Moreno que, al igual que su difunto hermano Pájaro, aprendió la profesión de su tío José de la Antigua Moreno (q. e. p. d.), en Río Congo, Darién. Una extraordinaria, noble e importante tradición de familia que, ojalá, no se pierda, para orgullo de todos los panameños. Aún queda la esperanza que uno o más de los varones descendientes de estos dos talentosos y recios darienitas de raigambre hagan el relevo y continúen la muy especial tradición familiar…

Los conocedores de la verdadera historia quedaron sorprendidos cuando en el suplemento dominical Mosaico, del diario La Prensa (4 de febrero de 2007) se publicó el artículo “Del Darién al Mundo” (que fue el tema de la portada), en el que se desprende que los constructores del famoso velero fueron indígenas de la etnia Emberá. Los Emberá/Wounan son diestros artesanos de la madera del cocobolo y de la semilla de la Tagua o marfil vegetal, las cuales tallan o esculpen transformándolas en fieles y magníficas reproducciones de la diversa flora y fauna darienitas (tal vez son dos de las artesanías más finas y conocidas de Panamá). También producen las incomparables cestas de la palma ‘Naguala’ que pueden alcanzar precios de cinco mil Balboas o más (dependiendo del tamaño y la calidad) en los distintos mercados artesanales del país (especialmente en El Valle de Antón, provincia central de Coclé), cifra que podría parecer exagerada a quienes no conocen de arte. Hoy, las cestas son -más que un utensilio doméstico- una obra de arte considerada parte del acervo cultural de los pueblos indígenas, como ocurrió con las mundialmente conocidas Molas de la notoria etnia panameña Kuna. Además, los Emberá son excelentes constructores de piragüas (una embarcación estrecha un tanto parecida a una canoa) y botes, más no construyen barcos ni veleros. Son nuestros hermanos y son admirables pero la verdad es la verdad y siempre hay que defenderla. Al pan, pan y al vino, vino…

‘Pájaro Jai’, a sailing ship with no rival

In Embera’s dialect, ethnic group which inhabits the Panamanian Darien region long before the arrival of the Spaniards conquerors, the term jai means something like sorcerer, according to Damián Bacorizo, an indigenous that was interviewed today, via telephone, while in the house of former Darien’s Governor, Prof. Lesbia Alarcón, in La Palma, Darién. The literature indicates that this term is also used by Embera people to refer to the spirits or ‘jais’. The Jaibaná is, on the other hand, one of the main figures in the Embera society, described as a ‘night sorcerer’ because most of his actions occur during this part of the day. He is sort of a hybrid between a quack and a sorcerer or magician who uses the power of jais for very diverse purposes. The more the jais he dominates, the more powerful the Jaibaná will be.

Jai is, also, part of the name that was given to a beautiful two masts sailing ship that was totally built, at the beginning of the 90’s, with Darien’s jungle fine woods (cocobolo, níspero, María, and Nazareno, among others), at brothers José De Jesús Alvarado Moreno (alias Pájaro) and Rufino Gómez Moreno carpenter shop, located at La Puntita de Arriba beach, not further away from the “longo” where the very well known ‘Pinguilla’ (r. i. p.) used to catch zardas (a shark species) with a thick fishing line, in La Palma, capital city of marvelous and exotic Darien province (clearly remembered is the vast collection of pictures taken by the late uncle of the author, Prof. Reinaldo A. Lay López, in testimony of each step of the building of the vessel). A name was given to this fantastic sailing ship, number one in its class in the whole world: ‘Pájaro Jai’, maybe in memory of the late ‘Pájaro’ -its main builder- who passed away short before the completion his work, which was brilliantly finished by his brother Rufino. The vessel gained notoriety because the owner exhibit it in very important port cities around the world and, also, due to the fact that it was used to transport, across the Panama Bay, all contestants to the international beauty contest Miss Universe, held in Panama City, in 2003. Not long after this, the magnificent sailing ship was seriously damaged by a terrible sea storm.

The making of ‘Pájaro Jai II’, as it may be named -by mere conventionalism- the actual ‘Pájaro Jai’, was ordered by its owner, the United States citizen Mr. James Brunton, of long trajectory in Panama, and built by Mr. Rufino Gómez Moreno who, as his late brother ‘Pájaro’, learned the profession from his uncle, José de la Antigua Moreno (r. i. p.), at Río Congo, Darién. An extraordinary, noble, and important family tradition that, hopefully, will not be lost, for the pride of all Panamanians. Still, there is hope that one or more of the descendant males of these two talented and sturdy deep-rooted Darien men will follow this very special family tradition…


Those who know the true story were amazed when in the article “Del Darién al Mundo”/“From Darien to the World” (which was the front cover theme), published within the Sunday supplement Mosaico (February 4, 2007), appeared that the Embera were those who built the famous sailing ship. The Embera/Wounan ethnic groups are very skilful artisans of cocobolo wood and Tagua or vegetable ivory seeds, which they carve or sculpt to transform them into accurate and magnificent reproductions of the diverse flora and fauna of Darien region (perhaps these are two of Panama’s finest and well known handicrafts). They also produce the incomparable cestas (a kind of round baskets) from the “Naguala” palm reaching prices of five thousand Balboas (1 Balboa = 1 American Dollar) or more (depending on size and quality) at the different local handicraft markets (especially at the Valle de Antón, in the Coclé central province), an amount that may seems to be exaggerate to those who don’t know about art. Today, the cestas are -more than a domestic utensil- an art work considered to be part of the indigenous people cultural heritage, as occurred with the globally known Molas of the notorious Panamanian Kuna ethnic group. Furthermore, the Embera are excellent piragüa builders (a narrow boat close to a canoe) and small boats, but they do not built vessels or big sailing ships. They are our brothers and are admirable but the truth is the truth and always has to be defended. Bread has to be called bread and wine has to be called wine…

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